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jueves, 12 de mayo de 2016

Discurso del papa Francisco al recibir el Premio Carlomagno ( reflexión)

Discurso del papa Francisco al recibir el Premio Carlomagno

Vaticano, 6 de mayo de 2016
Ilustres señoras y señores:
Les doy mi cordial bienvenida y gracias por su presencia. Agradezco especialmente sus amables palabras a los señores Marcel Philipp, Jürgen Linden, Martin Schulz, Jean-Claude Juncker y Donald Tusk. Deseo reiterar mi intención de ofrecer a Europa el prestigioso premio con el cual he sido honrado: no hagamos un mero un gesto celebrativo, sino que aprovechemos más bien esta ocasión para desear todos juntos un impulso nuevo y audaz para este amado Continente.
La creatividad, el ingenio, la capacidad de levantarse y salir de los propios límites pertenecen al alma de Europa. En el siglo pasado, ella ha dado testimonio a la humanidad de que un nuevo comienzo era posible; después de años de trágicos enfrentamientos, que culminaron en la guerra más terrible que se recuerda, surgió, con la gracia de Dios, una novedad sin precedentes en la historia. Las cenizas de los escombros no pudieron extinguir la esperanza y la búsqueda del otro, que ardían en el corazón de los padres fundadores del proyecto europeo. Ellos pusieron los cimientos de un baluarte de la paz, de un edificio construido por Estados que no se unieron por imposición, sino por la libre elección del bien común, renunciando para siempre a enfrentarse. Europa, después de muchas divisiones, se encontró finalmente a sí misma y comenzó a construir su casa.
Esta “familia de pueblos” (1), que entretanto se ha hecho de modo meritorio más amplia, en los últimos tiempos parece sentir menos suyos los muros de la casa común, tal vez levantados apartándose del clarividente proyecto diseñado por los padres. Aquella atmósfera de novedad, aquel ardiente deseo de construir la unidad, parecen estar cada vez más apagados; nosotros, los hijos de aquel sueño estamos tentados de caer en nuestros egoísmos, mirando lo que nos es útil y pensando en construir recintos particulares. Sin embargo, estoy convencido de que la resignación y el cansancio no pertenecen al alma de Europa y que también “las dificultades puedan convertirse en fuertes promotoras de unidad” (2).
En el Parlamento Europeo me permití hablar de la Europa anciana. Decía a los eurodiputados que en diferentes partes crecía la impresión general de una Europa cansada y envejecida, no fértil ni vital, donde los grandes ideales que inspiraron a Europa parecen haber perdido fuerza de atracción. Una Europa decaída que parece haber perdido su capacidad generativa y creativa. Una Europa tentada de querer asegurar y dominar espacios más que de generar procesos de inclusión y de transformación; una Europa que se va “atrincherando” en lugar de privilegiar las acciones que promueven nuevos dinamismos en la sociedad; dinamismos capaces de involucrar y poner en marcha todos los actores sociales (grupos y personas) en la búsqueda de nuevas soluciones a los problemas actuales, que fructifiquen en importantes acontecimientos históricos; una Europa que, lejos de proteger espacios, se convierta en madre generadora de procesos (cf. Evangelii gaudium, 223).
¿Qué te ha sucedido, Europa humanista, defensora de los derechos humanos, de la democracia y de la libertad? ¿Qué te ha pasado, Europa, tierra de poetas, filósofos, artistas, músicos, escritores? ¿Qué te ha ocurrido, Europa, madre de pueblos y naciones, madre de grandes hombres y mujeres que fueron capaces de defender y dar la vida por la dignidad de sus hermanos?
El escritor Elie Wiesel, superviviente de los campos de exterminio nazis, decía que hoy en día es imprescindible realizar una “transfusión de memoria”. Es necesario “hacer memoria”, tomar un poco de distancia del presente para escuchar la voz de nuestros antepasados. La memoria no solo nos permitirá que no se cometan los mismos errores del pasado (cf. Evangelii gaudium, 108), sino que nos dará acceso a aquellos logros que ayudaron a nuestros pueblos a superar positivamente las encrucijadas históricas que fueron encontrando. La transfusión de memoria nos libera de esa tendencia actual, con frecuencia más atractiva, a obtener rápidamente resultados inmediatos sobre arenas movedizas, que podrían producir “un rédito político fácil, rápido y efímero, pero que no construyen la plenitud humana” (ibíd. 224).
A este propósito, nos hará bien evocar a los padres fundadores de Europa. Ellos supieron buscar vías alternativas e innovadoras en un contexto marcado por las heridas de la guerra. Ellos tuvieron la audacia no solo de soñar la idea de Europa, sino que osaron transformar radicalmente los modelos que únicamente provocaban violencia y destrucción. Se atrevieron a buscar soluciones multilaterales a los problemas que poco a poco se iban convirtiendo en comunes.
Robert Schuman, en el acto que muchos reconocen como el nacimiento de la primera comunidad europea, dijo: “Europa no se hará de una vez, ni en una obra de conjunto: se hará gracias a realizaciones concretas, que creen en primer lugar una solidaridad de hecho” (3). Precisamente ahora, en este nuestro mundo atormentado y herido, es necesario volver a aquella solidaridad de hecho, a la misma generosidad concreta que siguió al segundo conflicto mundial, porque —proseguía Schuman— “la paz mundial no puede salvaguardarse sin unos esfuerzos creadores equiparables a los peligros que la amenazan” (4)Los proyectos de los padres fundadores, mensajeros de la paz y profetas del futuro, no han sido superados: inspiran, hoy más que nunca, a construir puentes y derribar muros. Parecen expresar una ferviente invitación a no contentarse con retoques cosméticos o compromisos tortuosos para corregir algún que otro tratado, sino a sentar con valor bases nuevas, fuertemente arraigadas. Como afirmaba Alcide De Gasperi, “todos animados igualmente por la preocupación del bien común de nuestras patrias europeas, de nuestra patria Europa”, se comience de nuevo, sin miedo un “trabajo constructivo que exige todos nuestros esfuerzos de paciente y amplia cooperación” (5).
Esta transfusión de memoria nos permite inspirarnos en el pasado para afrontar con valentía el complejo cuadro multipolar de nuestros días, aceptando con determinación el reto de “actualizar” la idea de Europa. Una Europa capaz de dar a luz un nuevo humanismo basado en tres capacidades: la capacidad de integrar, capacidad de comunicación y la capacidad de generar.
Capacidad de integrar
Erich Przywara, en su magnífica obra La idea de Europa, nos reta a considerar la ciudad como un lugar de convivencia entre varias instancias y niveles. Él conocía la tendencia reduccionista que mora en cada intento de pensar y soñar el tejido social. La belleza arraigada en muchas de nuestras ciudades se debe a que han conseguido mantener en el tiempo las diferencias de épocas, naciones, estilos y visiones. Basta con mirar el inestimable patrimonio cultural de Roma para confirmar, una vez más, que la riqueza y el valor de un pueblo tiene precisamente sus raíces en el saber articular todos estos niveles en una sana convivencia. Los reduccionismos y todos los intentos de uniformar, lejos de generar valor, condenan a nuestra gente a una pobreza cruel: la de la exclusión. Y, más que aportar grandeza, riqueza y belleza, la exclusión provoca bajeza, pobreza y fealdad. Más que dar nobleza de espíritu, les aporta mezquindad.
Las raíces de nuestros pueblos, las raíces de Europa se fueron consolidando en el transcurso de su historia, aprendiendo a integrar en síntesis siempre nuevas las culturas más diversas y sin relación aparente entre ellas. La identidad europea es, y siempre ha sido, una identidad dinámica y multicultural.
La actividad política es consciente de tener entre las manos este trabajo fundamental y que no puede ser pospuesto. Sabemos que “el todo es más que la parte, y también es más que la mera suma de ellas”, por lo que se tendrá siempre que trabajar para “ampliar la mirada para reconocer un bien mayor que nos beneficiará a todos” (Evangelii gaudium, 235). Estamos invitados a promover una integración que encuentra en la solidaridad el modo de hacer las cosas, el modo de construir la historia. Una solidaridad que nunca puede ser confundida con la limosna, sino como generación de oportunidades para que todos los habitantes de nuestras ciudades —y de muchas otras ciudades— puedan desarrollar su vida con dignidad. El tiempo nos enseña que no basta solamente la integración geográfica de las personas, sino que el reto es una fuerte integración cultural.
De esta manera, la comunidad de los pueblos europeos podrá vencer la tentación de replegarse sobre paradigmas unilaterales y de aventurarse en “colonizaciones ideológicas”; más bien redescubrirá la amplitud del alma europea, nacida del encuentro de civilizaciones y pueblos, más vasta que los actuales confines de la Unión y llamada a convertirse en modelo de nuevas síntesis y de diálogo. En efecto, el rostro de Europa no se distingue por oponerse a los demás, sino por llevar impresas las características de diversas culturas y la belleza de vencer todo encerramiento. Sin esta capacidad de integración, las palabras pronunciadas por Konrad Adenauer en el pasado resonarán hoy como una profecía del futuro: “El futuro de Occidente no está amenazado tanto por la tensión política, como por el peligro de la masificación, de la uniformidad de pensamiento y del sentimiento; en breve, por todo el sistema de vida, de la fuga de la responsabilidad, con la única preocupación por el propio yo” (6).
Capacidad de diálogo
Si hay una palabra que tenemos que repetir hasta cansarnos es esta: diálogo. Estamos invitados a promover una cultura del diálogo, tratando por todos los medios de crear instancias para que esto sea posible y nos permita reconstruir el tejido social. La cultura del diálogo implica un auténtico aprendizaje, una ascesis que nos permita reconocer al otro como un interlocutor válido; que nos permita mirar al extranjero, al emigrante, al que pertenece a otra cultura como sujeto digno de ser escuchado, considerado y apreciado. Para nosotros, hoy es urgente involucrar a todos los actores sociales en la promoción de “una cultura que privilegie el diálogo como forma de encuentro, la búsqueda de consensos y acuerdos, pero sin separarla de la preocupación por una sociedad justa, memoriosa y sin exclusiones” (Evangelii gaudium, 239). La paz será duradera en la medida en que armemos a nuestros hijos con las armas del diálogo, les enseñemos la buena batalla del encuentro y la negociación. De esta manera podremos dejarles en herencia una cultura que sepa delinear estrategias no de muerte, sino de vida, no de exclusión, sino de integración.
Esta cultura de diálogo, que debería ser incluida en todos los programas escolares como un eje transversal de las disciplinas, ayudará a inculcar a las nuevas generaciones un modo diferente de resolver los conflictos al que les estamos acostumbrando. Hoy urge crear “coaliciones”, no solo militares o económicas, sino culturales, educativas, filosóficas, religiosas. Coaliciones que pongan de relieve cómo, detrás de muchos conflictos, está en juego con frecuencia el poder de grupos económicos. Coaliciones capaces de defender las personas de ser utilizadas para fines impropios. Armemos a nuestra gente con la cultura del diálogo y del encuentro.
Capacidad de generar
El diálogo, y todo lo que este implica, nos recuerda que nadie puede limitarse a ser un espectador ni un mero observadorTodos, desde el más pequeño al más grande, tienen un papel activo en la construcción de una sociedad integrada y reconciliada. Esta cultura es posible si todos participamos en su elaboración y construcción. La situación actual no permite meros observadores de las luchas ajenas. Al contrario, es un firme llamamiento a la responsabilidad personal y social.
En este sentido, nuestros jóvenes desempeñan un papel preponderante. Ellos no son el futuro de nuestros pueblos, son el presente; son los que ya hoy con sus sueños, con sus vidas, están forjando el espíritu europeo. No podemos pensar en el mañana sin ofrecerles una participación real como autores de cambio y de transformación. No podemos imaginar Europa sin hacerlos partícipes y protagonistas de este sueño.
He reflexionado últimamente sobre este aspecto, y me he preguntado: ¿Cómo podemos hacer partícipes a nuestros jóvenes de esta construcción cuando les privamos del trabajo, de empleo digno que les permita desarrollarse a través de sus manos, su inteligencia y sus energías? ¿Cómo pretendemos reconocerles el valor de protagonistas, cuando los índices de desempleo y subempleo de millones de jóvenes europeos van en aumento? ¿Cómo evitar la pérdida de nuestros jóvenes, que terminan por irse a otra parte en busca de ideales y sentido de pertenencia porque aquí, en su tierra, no sabemos ofrecerles oportunidades y valores?
“La distribución justa de los frutos de la tierra y el trabajo humano no es mera filantropía. Es un deber moral” (7). Si queremos entender nuestra sociedad de un modo diferente, necesitamos crear puestos de trabajo digno y bien remunerado, especialmente para nuestros jóvenes.
Esto requiere la búsqueda de nuevos modelos económicos más inclusivos y equitativos, orientados no para unos pocos, sino para el beneficio de la gente y de la sociedad. Pienso, por ejemplo, en la economía social de mercado, alentada también por mis predecesores (cf. Juan Pablo II, Discurso al Embajador de la R. F. de Alemania, 8 noviembre 1990). Pasar de una economía que apunta al rédito y al beneficio, basados en la especulación y el préstamo con interés, a una economía social que invierta en las personas creando puestos de trabajo y cualificación.
Tenemos que pasar de una economía líquida, que tiende a favorecer la corrupción como medio para obtener beneficios, a una economía social que garantice el acceso a la tierra y al techo por medio del trabajo como ámbito donde las personas y las comunidades puedan poner en juego “muchas dimensiones de la vida: la creatividad, la proyección del futuro, el desarrollo de capacidades, el ejercicio de los valores, la comunicación con los demás, una actitud de adoración. Por eso, en la actual realidad social mundial, más allá de los intereses limitados de las empresas y de una cuestionable racionalidad económica, es necesario que ‘se siga buscando como prioridad el objetivo del acceso al trabajo […] para todos'” (8) (Laudato si’,127).
Si queremos mirar hacia un futuro que sea digno, si queremos un futuro de paz para nuestras sociedades, solamente podremos lograrlo apostando por la inclusión real: “esa que da el trabajo digno, libre, creativo, participativo y solidario” (9). Este cambio (de una economía líquida a una economía social) no solo dará nuevas perspectivas y oportunidades concretas de integración e inclusión, sino que nos abrirá nuevamente la capacidad de soñar aquel humanismo, del que Europa ha sido la cuna y la fuente.
La Iglesia puede y debe ayudar al renacer de una Europa cansada, pero todavía rica de energías y de potencialidades. Su tarea coincide con su misión: el anuncio del Evangelio, que hoy más que nunca se traduce principalmente en salir al encuentro de las heridas del hombre, llevando la presencia fuerte y sencilla de Jesús, su misericordia que consuela y anima. Dios desea habitar entre los hombres, pero puede hacerlo solamente a través de hombres y mujeres que, al igual que los grandes evangelizadores del continente, estén tocados por él y vivan el Evangelio sin buscar otras cosas. Solo una Iglesia rica en testigos podrá llevar de nuevo el agua pura del Evangelio a las raíces de Europa. En esto, el camino de los cristianos hacia la unidad plena es un gran signo de los tiempos, y también la exigencia urgente de responder al Señor “para que todos sean uno· (Jn 17,21).
Con la mente y el corazón, con esperanza y sin vana nostalgia, como un hijo que encuentra en la madre Europa sus raíces de vida y fe, sueño un nuevo humanismo europeo, “un proceso constante de humanización”, para el que hace falta “memoria, valor y una sana y humana utopía” (10)Sueño una Europa joven, capaz de ser todavía madre: una madre que tenga vida, porque respeta la vida y ofrece esperanza de vida. Sueño una Europa que se hace cargo del niño, que como un hermano socorre al pobre y a los que vienen en busca de acogida, porque ya no tienen nada y piden refugio. Sueño una Europa que escucha y valora a los enfermos y a los ancianos, para que no sean reducidos a objetos improductivos de descarte. Sueño una Europa, donde ser emigrante no sea un delito, sino una invitación a un mayor compromiso con la dignidad de todo ser humano. Sueño una Europa donde los jóvenes respiren el aire limpio de la honestidad, amen la belleza de la cultura y de una vida sencilla, no contaminada por las infinitas necesidades del consumismo; donde casarse y tener hijos sea una responsabilidad y una gran alegría, y no un problema debido a la falta de un trabajo suficientemente estable. Sueño una Europa de las familias, con políticas realmente eficaces, centradas en los rostros más que en los números, en el nacimiento de hijos más que en el aumento de los bienes. Sueño una Europa que promueva y proteja los derechos de cada uno, sin olvidar los deberes para con todos. Sueño una Europa de la cual no se pueda decir que su compromiso por los derechos humanos ha sido su última utopía.
****
(1) Discurso al Parlamento Europeo, Estrasburgo, 25 de noviembre de 2014.
(2) Ibíd.
(3) Declaración del 9 de mayo de 1950, Salón de l’Horloge, Quai d’Orsay, Paris
(4) Ibíd.
(5) Discurso a la Conferencia Parlamentaria Europea, París, 21 de abril de 1954.
(6) Discurso a la Asamblea de los artesanos alemanes, Düsseldorf, 27 de abril de 1952.
(7) Discurso a los movimientos populares en Bolivia, Santa Cruz de la Sierra, 9 de julio de 2015.
(8) Benedicto XVI, Carta. Enc. Caritas in veritate (29 junio 2009), 32: AAS 101 (2009), 666.
(9) Discurso a los movimientos populares en Bolivia, Santa Cruz de la Sierra, 9 de julio 2015.
(10) Discurso al Consejo de Europa, Estrasburgo, 25 de noviembre de 2014.
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miércoles, 11 de mayo de 2016

España en la Oceanía o la escisión de la conciencia patria [( micro ensayo) ( 3 min.)]

España en la Oceanía o la escisión de la conciencia patria  [( micro ensayo) ( 3 min.)]

Por

Juan B. Lorenzo de Membiela

Se desconoce que hubo un tiempo en que España tenía posesiones en Oceanía. Yo creo que  aún cuando las gobernaba, la distancia, viajes exasperante de 4 meses (Cádiz-Manila), la expansión imperial del presidente norteamericano Mckindley, la política y los políticos, y los ,por entonces,  estertores del Imperio, hicieron que la metrópoli geográfica  desapareciera .

La frustración de no poseer lo que de cientos de años se tenía convirtió a una triste España cosmopolita en una España de barrio  hacinada en sus frustraciones, comadreos, ambiciones  y soberbias.

 Se perdieron las llamadas   «Islas Orientales Españolas»  que comprendían las Filipinas con sus  7.107 islas ;  las Islas Marianas ,  archipiélago de 19 islas,  entre ellas, la Isla de Guam ( Guajan en español)  en el extremo sur de Marianas , de 544 Km. cuadrados,  muy cerca de Papúa Nueva Guinea.  Las Islas Carolinas, formadas  por casi 1000 islas y con una extensión  de 1.194 km. cuadrados y Palaos con 340 islas de origen volcánico a 890 Km. al oriente de las Filipinas. También la Isla de  Wake.

Contrastando superficies de los territorios de España  resulta que  en África se poseían 2.204 Km. cuadrados; en  América 128.147 Km. cuadrados  y en  Oceanía 348.985 Km. cuadrados  (Semper, 1869). No eran las Filipinas y todas las islas colonias improductivas. Superaban a Cuba en todo menos en civilización.

Resulta curioso que poseyendo tal extensión las atenciones  eran insuficientes, como insuficientes el número de españoles que quisieran ir a aquellas o tomar destino administrativo o militar en las mismas.  ¡Siempre la comodidad !

Cientos de islas en la « Oceanía española »  estaban desiertas y sólo en unas cuantas se concentraron los españoles. Ello puede entenderse por la existencia de tribus beligerantes, enfermedades tropicales, insectos y flora venenosa y  sultanes locales. De ellos dependían los  conocidos  « juramentados »: sin distinción de sexo y edad. Penetraban en poblados o ciudades  españolas o indígenas amigos,  con el puñal de hoja ondulada asesinando a quien se encontraran hasta que fueran abatidos.

No era una tierra acogedora y pacífica, aunque las ciudades  abrazaron la fe católica de forma natural y sincera. 

Hoy, las Filipinas  es el país con mayor  número de católicos en Oceanía. Todavía se sigue hablando el español no de forma oficial , sino privadamente , en los hogares y no en muchos. La persistencia norteamericana de  borrar todo lo hispánico fue contumaz.

Solía ser frecuente  que los mayores enseñaran  a sus hijos algo de castellano.  No  hay que olvidar que nuestro idioma  fue adoptado por las aristocracias indígenas hace siglos   conservándolo hasta hace pocos años como símbolo de distinción. 

En algunas zonas de las Islas Marianas el  inglés es rechazado (aunque aprendido en cuanto lengua oficial) por ser considerado  como un idioma colonizador (Molina Martos, 2006). Es el testimonio de un pueblo que lucha por su identidad.

Magallanes, por encargo del emperador Carlos I, zarpó de Sevilla el 19  de agosto de 1519 con cinco  buques .

Tras numerosos incidentes desembarcó en Cebú  el  27 abril de 1521, hallando la muerte  por un dardo emponzoñado que le atravesó el pecho el  26  de agosto de 1521. Se encontraba  en la isla de Magtan intentando pacificar  tribus en guerra. 

Fue sustituido en el mando por el capitán  Eduardo Balboa que no gustó al rey de Cebú, siendo asesinado y  envenenando a 35 hombres en una comida ofrecida en honor a los españoles. Lograron hacerse a la mar dos buques siguiendo travesías distintas. 

Uno, « El Trinidad »,  optó por llegar a España por el Pacífico por miedo  a doblar  el cabo de Buena Esperanza pero al poco de partir  cayó en manos de piratas moluqueses que asesinaron a toda la tripulación. 

El otro buque, llamado «Victoria», dobló el cabo arribando a España a principios de 1522.

Tras otras expediciones, la de 1542 capitaneada por  Ruiz López de Villalobos bautizó al archipiélago como Filipinas en honor  de Felipe II, por ese tiempo todavía Príncipe  de Asturias. Fue en la isla de Gilolo. Tampoco fructificó el asentamiento siendo expulsados por los portugueses. El capitán falleció extenuado en Amboina ,   la tripulación logró  arribar a España en 1549.

Legazpi, escribano (notario) del virreinato de Nueva España (Méjico), vendió todas sus propiedades empleándolas para alcanzar una ambicionada empresa, alcanzar las llamadas « Islas de Poniente ».

 Los  horribles rumores que se conocían evitaban cualquier intento. Pero frente a la adversidad que disuade siempre, la tenaz voluntad de Legazpi,  su  extrema resolución de lanzarse a un todo o a una nada sin temor a la muerte y el asesoramiento del agustino recoleto P.Urdaneta  lograron sortear todos los obstáculos. Principalmente el de los portugueses que, por delante de la expedición española,  intrigaban  entre las tribus de las Molucas y resto de islas.

Recelosos los indios de Cebú tendieron una trampa mortífera a los españoles. Descubierta, fue ajusticiada con tanta benevolencia  que los indígenas bajaron de las montañas convirtiéndose al catolicismo y comenzando una fructífera y enriquecedora convivencia.

Se tomo posesión, por fin, en 1565. 

No se habló nunca de exclusión, no se habló de reservas para los indígenas. 

La religión impregnó de dignidad a cada ser humano y fue tan grande el calado católico que aún hoy se mantiene la Pontificia y Real Universidad de Santo Tomás, en Manila,  regentada desde su fundación por agustinos recoletos. 

En 2011 cumplió 400 años. Es con ello la primera universidad de Asia y una de las más antiguas del mundo.

La historia del descubrimiento, más que de conquista de las  Filipinas,  es tan grande en anécdotas  y hechos extraordinarios que es imposible reflejarlo en breves escritos. 

Debo a las Islas el hecho de que mis bisabuelos se casaran en Vigán (Isla de Luzón) , que todavía alberga el legado español, con sus casas de piedra y calles adoquinadas. Ciudad  declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1999.

Aunque lejanas en la distancia, todavía se conservan cercanos lazos emocionales .



martes, 10 de mayo de 2016

Calumnia, que algo queda ( estrategia)

La mayoría de ocasiones los infundios se realizan de manera premeditada y con la intención de dañar la imagen de alguien.

A esta práctica se la conoce comúnmente como ‘Calumnia, que algo queda’

Como expresión llegó hasta nosotros a través del filósofo y escritor inglés Francis Bacon en su obra, de 1625, ‘De la dignidad y el crecimiento de la ciencia’ (De Dignitate et Argumentis Scientiarum) en la que aparece en la manera: ‘Calumniad con audacia; siempre quedará algo’.

Aunque en realidad, la expresión recogida por Bacon no era más que un antiquísimo dicho popular en latín: ‘Calumniare fortiter aliquid adhaerebit’ (La calumnia se adhieren fuertemente algo) que él había adaptado en su mencionado libro.


Posteriormente, en la obra de teatro ‘El barbero de Sevilla’  (también titulada ‘La precaución inútil’) que Pierre-Augustin de Beaumarchais  escribió en 1775 aparecía en la forma ‘Calomniez, calomniez, il en reste toujours  quelque chose’ (Calumnia, calumnia, siempre queda alguna cosa) y  posteriormente, en 1810, la frase alcanzó el cenit de popularización tras ser  incluida por el célebre compositor italiano Gioachino Rossini en su ópera  ‘El barbero de Sevilla’ (basada en un libreto de Cesare Sterbini que a sus vez  se basó en la obra de Beaumarchais) en la que la aria de la calumnia dice así:

La calunnia è un venticello,
un’auretta assai gentile
che insensibile, sottile,
leggermente, dolcemente
incomincia a sussurrar.




Ante ataques de esta catadura que lesionan la reputación y la imagen de una persona o empresa ( frecuentemente como estrategia comercial) siempre estan los arts 205 Código Penal, que deben emplearse porque a nadie se le pùede negar su defensa:

Es calumnia la imputación de un delito hecha con conocimiento de su falsedad o temerario desprecio hacia la verdad.

Y art. 206:

Las calumnias  serán castigadas con las penas de prisión de seis meses a dos años o multa de  doce a 24 meses, si se propagaran con publicidad y, en otro caso, con multa de seis a 12 meses.

No es un comportamiento propiamente deportivo o de deportistas, yo creo más bien que se debe a disimular fracasos comerciales  por propia incompetencia.

lunes, 9 de mayo de 2016

Hasta 2025 olvídate del coche eléctrico para el gran público ( noticia)

Este objetivo implica que para que el coche eléctrico sea interesante para el cliente las baterías tienen que tener una capacidad de 100 kW/h, ocupar 100 litros como máximos en el coche y que su peso no supere los 150 kilogramos.



Cada año Continental celebra una Asamblea General donde intentan adelantarse al sector del automóvil, poner los posibles retos futuros sobre la mesa y buscar soluciones a asuntos tan importantes como la movilidad del futuro, vehículos eficientes y conducción segura para evitar los más de 1,2 millones de víctimas mortales en accidentes de tráfico. Pero uno de los asuntos más importantes fue lo que necesita el sector para que el coche eléctrico sea una opción viable de una vez por todas y pasa por un objetivo: 100–100–150.

Este objetivo implica que para que el coche eléctrico sea interesante para el cliente las baterías tienen que tener una capacidad de 100 kW/h, ocupar 100 litros como máximos en el coche y que su peso no supere los 150 kilogramos. Para ponerlo en contexto significaría, en comparación con las actuales baterías, reducir a la mitad el tamaño, el peso y un coste por debajo del 50%. Un objetivo que tienen todos los fabricantes en su hoja de ruta pero que ya comienzan a adelantar para presionar a fabricantes.

Hasta 2025 olvídate del coche eléctrico para el gran público según Continental.

Desde el punto de vista tecnológico, la electromovilidad sin emisiones nocivas no estará lista para su lanzamiento al mercado antes de 2025. Teniendo en cuenta que la segunda generación de baterías para el coche eléctrico estará lista, según los fabricantes más importantes, en 2020, tan solo se necesitarían 5 años más para que el coche eléctrico pueda llegar a casi todo tipo de clientes.




domingo, 8 de mayo de 2016

La Tierra, más verde hoy que hace tres décadas ( noticia)

La Tierra, más verde hoy que hace tres décadas

La cantidad de hojas ha aumentado en el conjunto del planeta como consecuencia del efecto fertilizante del dióxido de carbono.


La Tierra se ha vuelto más verde en los últimos 33 años. Esta es la principal conclusión de un estudio internacional, que ha detectado un ascenso significativo de la biomasa verde —las hojas—, en el 40 por ciento de las regiones del planeta desde 1982 a 2015, mientras que solo en un 4 por ciento se ha apreciado una pérdida significativa de vegetación.
La investigación se ha realizado a partir de la comparación de imágenes de satélite en el período indicado, lo que ha permitido captar un aumento de la superficie foliar terrestre. En concreto, desde 1982 nuestro planeta se ha enverdecido en unos 36 millones de kilómetros cuadrados. Todo parece indicar que tal fenómeno se ha producido sobre todo como resultado del efecto fertilizante que ejerce el dióxido de carbono (CO2) atmosférico sobre las plantas.



jueves, 5 de mayo de 2016

¿Por qué las personas con alzhéimer dejan de reconocer a sus seres queridos? ( noticia)

Un nuevo estudio revela que la capacidad de percibir rostros se ve afectada en la enfermedad de Alzheimer.
Journal of Alzheimer's Disease

La enfermedad de Alzheimer no solo deteriora la memoria de las personas que la padecen, también altera su capacidad para reconocer caras. Este fenómeno afecta la relación con los familiares e individuos más cercanos. Un estudio reciente demuestra que el problema no tiene tanto que ver con la pérdida de memoria, sino más bien con la capacidad de percepción visual de las cara.
Para la investigación, un equipo de la Universidad de Montreal presentó a personas mayores con alzhéimer y sujetos de la misma edad sanos (grupo de control) fotografías en las que aparecían caras o automóviles del derecho o del revés. Según comprobaron, los participantes de ambos grupos respondían con una precisión y un tiempo de respuesta similares en relación a las instantáneas que mostraban caras y coches invertidos. Los probandos con alzhéimer también manifestaron un reconocimiento normal de los automóviles del derecho. En cambio, se mostraron más lentos a la hora de reconocer los rostros que se les enseñaban en su posición correcta y erraron más en las respuestas en comparación con los individuos sanos.




martes, 3 de mayo de 2016

Gestión pública y sus modelos internacionales ( 2 min.)

Gestión pública y sus modelos internacionales ( 2 min.)

por

Juan B. Lorenzo de Membiela



1. Nueva Gestión Pública y su contenido.

La crisis financiera de los Estadios-Nación, una percepción decadente en lo público y privado, la tecnología, la globalización, la complejidad de las interacciones gobierno-ciudadano y un entorno inestable, han motivado un replanteamiento del modo en cómo prestar servicios públicos [(Prats, 2005:114) y (Held, 1997:120)][1] . Y el modo en cómo reconfigurar en plena recesión económica sectores burocráticos expandidos que hoy carecen de soporte presupuestario.

La Nueva Gestión Pública (NGP) surgió en los años 90 como respuesta a la Gestión Pública Tradicional (GPT) dada la ineficiencia pública y la necesidad de reducir su tamaño (Olías de Limia, 2001)[2]

No posee una sistemática doctrinal correcta, tampoco ha sido uniforme en su aplicación: fue admitida en los países anglosajones, menos en los países nórdicos y prácticamente rechazada en las naciones germanas y latinas. 

Inspirada en el neoliberalismo, sus fuentes son cercanas a la teoría de la elección pública (Public Choice) y al gerencialismo clásico.

La NGP es depositaria de orientaciones, métodos y técnicas diversas que como un conjunto sistemático y ordenado de propuestas tienden a solucionar los problemas de eficiencia.

Como apuntan Christensen y Laegreid, la principal hipótesis de la NGP es que más mercado, más gestión y más autonomía producirán más eficiencia, sin efectos secundarios sobre otros valores del sector público, como el control político[3].

Para Guy Peters (1999)[4] , como  principios más destacados, enumera: 

-la delegación de funciones

-el énfasis en los resultados

-la relativización de los procedimientos

-la autonomía gestora

-la concreción de objetivos

-la adopción de estrategias gestoras del sector privado

-concurrencia de  oferentes  en la prestación de  servicios.

Propone la desagregación de las entidades públicas en unidades más pequeñas o la externalización de servicios (outsourcing).

Olías de Lima distingue las siguientes notas:

a) Reducción del tamaño del sector público.

b) Descentralización de las organizaciones.

c) Jerarquías aplanadas pero con rendición de cuentas.

d) Ruptura del monolitismo y especialización.

e) Desburocratización y competencia.

f) Desmantelamiento de la estructura estatutaria.

g) Clientilizacion.

h) Innovación.

i) Evaluación.

j) Cambio de cultura.

l) Responsabilidad[5].

2. Fracaso de la Nueva Gestión Pública

En este marco se ubica la crítica a la NGP: rigidez presupuestaria de los entes públicos: el carácter anual del proceso presupuestario;   imposibilidad de asignar partidas de un capítulo presupuestario a otro distinto y la dificultad de combinar los recursos provenientes de partidas presupuestarias diferentes[6].

Se ha postulado la defensa de una contabilidad analítica sobre la base de una estimación de coste de cada producto o actuación administrativa. Aunque esta solución provocaría cambios significativos en el funcionamiento y organización de la Administración Pública además que obstaculizaría el control por parte del legislador.

De hecho, en Francia, como apunta Subirats, la introducción de un control parlamentario sobre la pertinencia de los gastos públicos ha fracasado.

 Pero  la NGP no alcanzó los objetivos propuestos: una excesiva descentralización, un difuso control vertical, la ausencia de coordinación horizontal entre unidades, focalización excesiva en los resultados y evaluaciones de gestión , un alejamiento de una visión generalizadora y del conjunto (Arellano y Cabrero, 2005: Christensen y Laegrid, 2007; Christensen y otros, 2008; Diefenbach, 2009 y Jun, 2009)[7] y la devaluación  de valores éticos como la autonomía, la atención, la igualdad, el respeto y la confianza,  fueron sometidos a prioridades económicas estrictamente definidas   ( Bottery,2000)[8].

3. La post-NGP: Joined-up Government o Whole of Government Approach

En la etapa post-NGP se constata un cambio: desde la delegación estructural, la desagregación y las organizaciones especializadas, de las llamadas « single-purpose organizations », se pasa al denominado « Gobierno Conjunto » (GC) o « Joined-up Government ». Más tarde conocidos como Totalidad del Gobierno (TG) o « Whole of Government Approach » (Christensen y Laegreid, 2006)[9].  Es definida como: trabajo coordinado entre agencias y servicios públicos para alcanzar una meta compartida y una respuesta de gobierno integrado a los asuntos particulares. Se trata de unirse en lo alto, en las altas instancias del gobierno pero también en la base incluso involucrar a sociedades público-privadas.

Propugna:

1.- Una reorganización estructural de la administración pública facilitando su cooperación para la mejora de la coordinación vertical (organismos subordinados) y horizontal (organismos de distintos ministerios no subordinados).

Pretende ofrecer a los ciudadanos un servicio más integrado (Pollit, 2003)[10].

2.- Enfatiza los valores de confianza, colaboración, responsabilidad, trabajo en equipo y mejora en formación y desarrollo de los funcionarios.

En el Reino Unido surge la paradoja de que el gobierno laborista ha intentado robustecer la prestación de servicios centralizando sus mecanismos de control al tiempo que trataba de reconocer a los directivos de mayor autonomía (Richards y Smtih, 2006)[11].

3.- Desde el ataque a las Torres gemelas de Nueva York se percibe un mundo más peligroso. Ello ha repercutido en las reformas del sector público en EEUU, Reino Unido, Australia y Nueva Zelanda[12] . 

Se ha materializado en la adopción de estrategias para evitar información contradictoria y que sea compartida entre distintos países en defensa de lo que unos australianos denominan: « inventar y pensar »,  aglutinando todas las esferas del gobierno.

4. Ha sido calificada la TG como una medida de eficiencia y una respuesta a la presión presupuestaria. Supone un endurecimiento vertical del sistema (mayor jerarquización y control entre unidades dependientes) combinado con una colaboración horizontal aumentada. Este esquema ha sido visto como más eficiente que un sistema fragmentado. Ajustado principalmente en la eficiencia de prestación de servicios.

Como razona Mulgan, la atención intelectual se ha distanciado de modelos atomísticos centrándose más en enfoques holísticos (2005)[13]. Es decir, se prescinde de la especialización en beneficio de una generalización que permite mayores perspectivas.

4. Gobernanza y post NGP

Otro instrumento construido bajo estos movimientos post-NGP, es la Gobernanza. Sistema que pretende instaurar la responsabilidad y la confianza de la administración frente a su prioritario stakeholder: los ciudadanos (Cadbury, 2000 y OCDE, 2002)[14] .

La dirección tanto para la gobernanza en la post-NGP como para la clásica NGP se convierte en concepto esencial (Osborne y Glaeber, 1992)[15].

Para Osborne,(2010)  la Gobernanza  presenta,  en los sectores doctrinales más acreditados,  tres tipologías:

a) Corporate governance: Que integra los sistemas internos de dirección y responsabilidad en cualquier organización.

b) « Good » governance: Refiere a la publicación de normativa sobre gobernanza sobre sistemas sociales, políticos y administrativos por entidades internacionales, v.gr.: Banco Mundial.

c) Public governance: que afecta a cinco aspectos: Gobernanza social y política; Public Governance, Administrative Governance, Contract governance (relacionada con la implementación de políticas de la NPM) y Network Gobernance[16].

La Gobernanza es una forma nueva y diferente de gobernar caracterizada por la interacción entre una pluralidad de actores, con unas relaciones horizontales, buscando el equilibrio entre poder público y sociedad civil y la participación en el gobierno de la sociedad en general y no de un único actor. Su importancia reside en la capacidad de englobar todas las instituciones y relaciones implicadas en los procesos de gobierno[17] .

No es extraño que se contemple a la Gobernanza como sustituta de la democracia, máxime en la actualidad, cuando la democracia produce disfunciones importantes en el uso y gestión del poder con afectación a la normalidad institucional que compromete criterios objetivos e imparciales por otros interesados.

Esta coyuntura nos aboca a una reflexión sobre la legitimación democrática y, concretamente, sobre los límites del poder cuando éstos no cumplen con las expectativas atribuidas constitucionalmente y son considerados como prescindibles debido a la desconfianza de la sociedad.

Cabe diferenciar dos aspectos principales de la Gobernanza y otro consecuente:

A. Entre los principales, diferenciamos:

 Primero. Es un cauce de participación de la sociedad civil en los procesos de gobierno. Cooptación entre el poder legítimo y los grupos de la sociedad civil para alcanzar una mayor eficiencia de los recursos[18]  .

Segundo. Hay otra versión de la Gobernanza que proviene de EEUU, centrada en los procesos directivos[19] , steering, consecuencia del diferente papel que ostentan el Estado y la sociedad
B. Como aspecto consecuente:

La Gobernanza es una estrategia de reconfiguración de potestades políticas y administrativas, en donde la actividad de regulación y fomento es acordada no sólo y únicamente por organismos públicos sino también por actores privados para optimizar una eficiencia ante los retos de la globalización.

Cabe destacar « El Libro Blanco de la Gobernanza de la Comisión de la UE » de 25 de julio de 2001 que refiere a la forma en que la UE utiliza los poderes otorgados por sus ciudadanos.
Los Cinco Principios de la Buena Gobernanza como fundamento de la democracia y del Estado de Derecho en la UE, son:

1                   1.Apertura, las instituciones comunitarias deberán actuar de forma más abierta, potenciando la comunicación de la labor de la UE.

2.    Participación .La calidad y eficiencia de las políticas de la UE y con ello alcanzar la confianza de los ciudadanos.

3.    Responsabilidad. Delimitando las competencias de cada institución será factible acotar el ámbito de responsabilidad de cada institución y sus agentes y con ello la responsabilidad debida por sus actos u omisiones.

4.    Eficacia. La adopción de medidas eficaces para alcanzar eficiencia en la actividad pública de la UE es una de las metas que se pretende alcanzar. Por ello se intenta que la eficacia requiere también que la aplicación de las políticas de la UE sean proporcionadas y las decisiones que se tomen lo sean al nivel más apropiado.

5.    Coherencia. Dos notas se derivan de este Principio: sistematicidad y claridad. Claridad como sinónimo de inteligibilidad, de nitidez, adoptar un lenguaje claro y sencillo para su comprensión. Las políticas emprendidas por la UE deben ser comprensibles para todos y ser ejecutadas coherentemente por todas sus instituciones.

La Nueva estrategia de Lisboa de 2000 enfatizó la Gobernanza como uno de sus tres aspectos más destacables.

5. Gobernanza económica: el « six-pack» y el TECGE

Los propósitos depositados en el Tratado de Lisboa se han visto comprometidos por la crisis económica de 2007. Los acontecimientos obligaron a la UE a diseñar la denominada «Gobernanza económica» para intentar corregir las distorsiones de competitividad y desequilibrios macroeconómicos[20]

A tal fin se adoptó el llamado « six-pack»compuesto por 5 reglamentos y una directiva cuya vigencia entró el 13 de diciembre de 2011[21].

Además, se firmó por todos los países de la UE, a excepción de Reino Unido y Chequia, el 2 de marzo de 2012, el Tratado de Estabilidad, Coordinación y Gobernanza del Euro (TECGE), en vigor desde el 1 de enero de 2013.

Todo este conjunto de medidas legislativas de distinto signo, jurídico y económico, intentan alcanzar una sostenibilidad financiera en el espacio europeo que se ha descubierto como estratégica para el sostenimiento mismo de la UE.





[1] Prats, J., (2005): De la burocracia al management, del management a la gobernanza. Las transformaciones de las Administraciones Públicas de nuestro tiempo, Madrid: INAP-IIG, pp.112-3; Held, D., (1997), La democracia y el orden global. Del estado moderno al gobierno cosmopolita, Buenos Aires: Paidós, p. 120.

[2] Olías de Limia, B., (2001): La nueva gestión pública, Madrid: Prentice Hall, p. 9.

[3]  Christensen, T. y Laegreid, P. ( 2005) : El estado fragmentado: los retos de combinar eficiencia, normas institucionales y democracia, Gestión y Política Pública, v. XIV, México: INAP ,p. 568.

[4] Peters, G., (1999): La política de la burocracia, México: Fondo de Cultura Económico.

[5] Klisksberg, B. (1989): Gerencia pública en tiempos de incertidumbre, MAP-INAP: Madrid.

[6] Subirats, J y otros, (2012),:Análisis y gestión de políticas públicas, Madrid: Ariel, p. 78.

[7] Arellano y D., y Cabrero, E. (2005): La nueva gestión pública y su teoría de la organización: ¿son argumentos antiliberales? Justicia y equidad en el debate organizacional público, Vol. XIV (3), pp. 599-618; Christensen, T. y Laegrid, P. (2007): The Whole of Government Approach to Public Sector Reform, Public Administration Review, 67 (6), pp. 1059-1066; Christensen, T., Lise, A y Laegreid, P. (2008): Beyond new public management: Agencification and Regulatory Reform in Norway, Financial Accoutability & Management, 24 (1), pp. 15-30; Diefenbach, T. (2009): New public management is Dead: Long Live Digital-Era Governance, Journal of Public Administration Research and Theory, 16 (3), pp. 467-494 y Jun, J., (2009): The limits of Post, New public management and Beyond, Public Administration Review, 69 (1), pp. 161-5.

[8] Bottery, M. (2000): La educación, la política y la ética, New York: Continuum.

[9] Christensen, T. y Laegreid, P., (2006): Autonomy and Regulation. Coping with Agencies in the Modern State, Glos (Cheltenham): Edward Elgar Plubishing Limited.

[10] Pollit, C., (1995): Joined-up Government: A survey, Political Studies Review 1, 34-49.

[11] Richard, D. y Smith, M. (2006): The tension of Political Control and Administrative Autonomy: from NPM to a Recostituted Westminster Model, en T. Christensen y P. Laegrid (editors), Autonomy and Regulation. Coping with Agencies in the Modern State, Glos (Cheltenham): Edward Elgar Plubishing Limited.

[12] Christensen, T. y Laegreid, P., (2007): Reformas post Nueva Gestión Pública, Gestión y política pública, Vol. XVI (2), México: Centro de Investigación y Docencia Económicas.

[13] Mulgan,G. (2005): Joined up Government: Past, Present and future, en V. Bogdanor (ed.), Joined Up Government. British Academy Occasional paper, 5, Oxford: Oxford University Press.

[14] Cadbury, A., (2000): The corporate Governance Agenda, Corporate Governance, 8, (1), 7-15.

[15] Osborne, D., y Gaebler, T., (1992): Reinventig Government, Reading, Mass: Addison-Wesley y Peters, G.B..

[16] Osborne, S.P.( 2010), The new public governance?,Routledge: Abington, Oxon.

[17] Cerrillo Martínez, A. ( 2005): La Gobernanza hoy, introducción, en « La Gobernanza hoy: 10 textos de referencia », INAP-IIG, Madrid, p. 13.

[18] Peters, B. Guy,( 1999): La política de la burocracia, Fondo de Cultura Económico, México, p. 360 y especialmente p. 362.

[19] Mayntz, R., (2001): El Estado y la sociedad civil en la gobernanza moderna, Reforma y Democracia. Revista del CLAD, 21.

[20] Gómez Urquijo, L., y otros (2012), Instrumentos innovadores de gobernanza en la Unión Europea: impacto en la gestión pública y en la competitividad regional,Bizkai Lab: San Sebastián .

[21] Reglamento(UE) nº1177/2011 del Consejo, de 8 de noviembre de 2011, por el que se modifica el Reglamento(CE) nº1467/97, relativo a la aceleración y clarificación del procedimiento de déficit excesivo;  Directiva 2011/85/UE del Consejo, de 8 de noviembre de 2011, sobre los requerimientos para   los marcos presupuestarios de los Estados miembros; Reglamento(UE) nº 1173/2011 del Parlamento y  del Consejo, de 16 de noviembre de 2011, sobre la ejecución efectiva de la supervisión presupuestaria en la zona del euro; Reglamento(UE) nº 1174 del Parlamento Europeo y del  Consejo, de 16 de noviembre  de 2011, relativo a las  medidas de ejecución destinadas a corregir los desequilibrios macroeconómicos  excesivos en la zona del euro;  Reglamento (UE) nº 1175/2011 del Parlamento   Europeo y del Consejo,  de 16 de noviembre de 2011, por el que se modifica el Reglamento(CE) nº 1466/97  del Consejo, relativo  al refuerzo de la supervisión de las situaciones presupuestarias y la supervisión y  coordinación de las políticas económicas; Reglamento(UE) nº1176/2011  del Parlamento Europeo y del Consejo,  de 16 de  noviembre de 2011, relativo a la prevención y corrección de los desequilibrios macroeconómicos. Todos estos actos jurídicos aparecen publicados en DO L306 de 23 de noviembre de 2011.