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viernes, 30 de agosto de 2019

Ferrol recuerda un año más a los heroicos defensores de la ciudad en la batalla de Brión (conmemoración)

Ferrol recordó un año más a los heroicos defensores de la ciudad en la batalla de Brión  (conmemoración)


El Concello de Ferrol colabora con las asociaciones Conxeito, Batalla de Brión y Columba, junto con el grupo de teatro Ferroluna, la empresa Fertur y los colectivos vecinales de Brión, San Felipe-San Cristóbal y Ultramar de en la 30ª edición de la conmemoración de la contienda que se libró en los montes ferrolanos en 1800.
El sábado será el castillo de San Felipe el protagonista de la memoria, con una exposición sobre la batalla en la sala de Cureñas y la actuación a las 12:00 horas del grupo de gaitas Embruxo. Después será la Banda Ferrolá de Música la que ponga la banda sonora.
Poco antes de las 14:00 horas se celebrará la Festa da Raíña María Luisa y a las 14:15 horas llegarán los vigías de Monteventoso. A las 14:30 horas habrá un llamamiento en la plaza de Armas del castillo al pueblo de Ferrol y después la actuación musical de Niurka. A las 16:00 horas arrancarán las visitas guiadas y actividades infantiles.

Ya el domingo, a las 10:00 horas, saldrá una lancha de Curuxeiras rumbo al castillo, donde los ingleses andarán 12 kilómetros para encontrarse con los ferrolanos y recrear la contienda. Después compartirán una comida de confraternización y juegos infantiles (...).
Fuente: Ferrol360.es

Visita virtual al Museo de Construcción Naval de Ferrol (visión 360º)

Visita virtual al Museo de Construcción Naval de Ferrol (visión 360º)

La  Fundación Exponav incorpora a su página web una visita virtual que nos permite realizar un recorrido por las dos plantas del edificio de Herrerías, a través del ordenador o de cualquier dispositivo móvil.
El recorrido por cada planta cuenta con un plano inicial y con diferentes paneles explicativos en los que el usuario puede conocer las particularidades de la construcción naval en el siglo XVIII, las características del pecio de A Magdalena o de la talladora Vulkan, detenerse en la reproducción de la grúa pórtico de Astano o conocer en detalle la exposición sobre la historia de Navantia(...)





jueves, 29 de agosto de 2019

Los puertos del Estado mueven 284,5 millones de toneladas durante el primer semestre del año (noticia)

Los puertos del Estado mueven 284,5 millones de toneladas durante el primer semestre del año (noticia)


Mercante. Fuente: Pixabay. Licencia CC0
Los 46 puertos de interés general del Estado, coordinados por Puertos del Estado, movieron 284.546.276 Toneladas durante los seis primeros meses del año, lo cual ha supuesto un incremento del 2,05 % respecto al mismo periodo del año anterior. Los datos de 2019 son los mejores registros históricos semestrales del sistema portuario español, y suponen un incremento del 37 % en la última década sobre los 207 millones movidos en 2010.



Fuente: Rotación

La primera vuelta al mundo (National Geographic)


Martirio de S Juan Bautista (festividad)


Martirio de San Juan Bautista (festividad)

Cada 29 de agosto la Iglesia Católica conmemora el Martirio de San Juan Bautista, quien murió decapitado por anunciar y denunciar la verdad. Juan Bautista es el único santo en la Iglesia a quien se le celebra su nacimiento (24 de junio) y su muerte por medio del martirio. 
Esta memoria “se remonta a la dedicación de una cripta de Sebaste, en Samaria, donde, ya a mediados del siglo IV, se veneraba su cabeza. Su culto se extendió después a Jerusalén, a las Iglesias de Oriente y a Roma, con el título de Decapitación de san Juan Bautista”, según explicó Benedicto XVi en 2013. 
Añadió que “en el Martirologio romano se hace referencia a un segundo hallazgo de la preciosa reliquia, transportada, para la ocasión, a la iglesia de San Silvestre en Campo Marzio, en Roma. Estas pequeñas referencias históricas nos ayudan a comprender cuán antigua y profunda es la veneración de San Juan Bautista”(...)
Fuente: Aciprensa

En tiempos en que los martirios se han generalizado por la maldad y  por el silencio cómplice de los que permiten con su omisión que el mal prospere,conviene recordar que la verdad no se negocia.
Este es el testimonio de Juan Bautista.
Hoy se olvida.
Pero las tragedias siguen asolando nuestra sociedad de muchas maneras y formas.
El acoso moral, el abuso de debilidad  hacia los desfavorecidos, débiles  y enfermos e impedidos campan a sus anchas escondiendo no poca envidia, destrucción y evidenciando una condición humana putrefacta.
La sospecha  y la mentira se han convertido en verdad, y ésta desaparece por no ser cómoda ni útil.
La retorica no acompaña a los hechos y esa divergencia es la nueva liturgia en donde naufragan no pocas legitimas aspiraciones, ni vidas consagradas al estudio que solo reciben a cambio el confinamiento del desprecio.
Conviene no olvidar en qué mundo vivimos.Pero tambien no olvidar que los frutos que producen no son comestibles para gente que aspira a un  mundo mejor y menos toxico.

JLM





miércoles, 28 de agosto de 2019

« Quichotte » de Salman Rushdie (novela)

« Quichotte » de 

sábado, 24 de agosto de 2019

Galeones y tesoros sumergidos


‘Así pasen cinco siglos, un galeón’
Jesus Garcia Calero

(...)Será difícil que la historia de aquellos buques desgraciados pueda ser contada, una vez desguazada en piezas si lo expoliaron los cazatesoros. Duele pensar lo que los científicos habrían extraído de aquellas ciudades flotantes en las que quedaron atrapadas las evidencias sobre cómo funcionaba la sociedad mestiza, en ajuares y aparejos; en comercios, contrabandos; en el marco de migraciones, de creencias y de una revolución tecnológica poco valorada aunque imprescindible para mejorar las flotas en competencia feroz durante siglos. Escribir la historia asociada a un galeón, la que contarán algún día sus restos -si no perdemos el rumbo a la esperanza-, en un proyecto conjunto entre España y otros países de América demarcaría un ámbito de progreso, innovación y cooperación científica internacional y espantaría muchos demonios, muchos prejuicios que interfieren tanto acá como allá con todo lo bueno que compartimos con las repúblicas hermanas.


Fuente:Pixabay.Licencia CC0

Fuente: Pixabay. Licencia CC0
Nuestra falta de lucidez -negligencia digna de estudio- se agrava con una ausencia de estrategia incomprensible para un país que valora el patrimonio. En lugar de involucrar a las universidades, alentar proyectos y firmar convenios iberoamericanos, dimos permisos a Odyssey Marine Exploration (y otras empresas del sector) en un juego peligroso que acabó en célebres expolios que hoy salen en un cómic y tendrán incluso una serie triunfal. Preferiría que los gobiernos del PP y del PSOE no hubieran tratado con Odyssey y ahorrarme el tardío triunfo judicial sobre los cazatesoros, que celebro sin ambages. Pero comprendan que preferiría estar aplaudiendo a nuestros científicos mientras rescatan el verdadero tesoro, la formidable historia de un galeón bien excavado, que la lucha de esforzados funcionarios para enmendar el terrible error que algunos de ellos consintieron y por el que nadie aún les ha pedido explicaciones(...).

Fuente: ABC
———————
La convención de la UNESCO de 2001 sobre patrimonio cultural submarino incluye reglas que ayudan a llevar prácticas adecuadas para las excavaciones submarinas y guías que estipulan cuáles deben ser los certificados de las personas que participan en la conservación y manejo del sitio.
Pero quizás el problema estribe no en impugnar la propiedad del tesoro sino en involucrarnos en su descubrimiento y extracción. Una actitud más pro activa que viene determinada por lo hecho por otros paises o por otras empresas en búsqueda de solvencia , siempre legítima dentro de la ley.
Una mayor diligencia o al menos interés, exige organismos administrativos en la administración general del estado que coordinen las distintas competencias públicas y privadas que concurran:de las Comunidades Autónomas, de las universidades y de las empresas que se aventuren en esta fascinante aventura de devolver luz a lo sepultado por los tiempos y el mar.
La inacción no es una opción plausible para una nación que fue imperio con un tráfico marítimo en todas las partes del mundo.Asi de grande se fue y por ello así de profundo debe ser nuestro compromiso porque es el peso de la historia lo que en muchas ocasiones determina todo futuro.

JLMembiela 

viernes, 23 de agosto de 2019

Las criptomonedas no son dinero a efectos civiles ( Tribunal Supremo)

El Tribunal Supremo niega cualquier posibilidad de que los bitcoins sean  considerado dinero a efectos civiles, a pesar de contar con un valor semejante todas ellas dado por la oferta y la demanda. 

STS 2109/2019, de 20 de junio.

  • Nº de Resolución: 326/2019 
  •  
    • Nº Recurso: 998/2018 
  • Tipo Órgano: Tribunal Supremo. Sala de lo Penal 
  •  
  • Ponente: PABLO LLARENA CONDE 

Sinopsis: 
«Los bitcoins no pueden considerarse un objeto material o dinero electrónico a los efectos de la restitución de la cosa. El bitcoin es un activo inmaterial. Es una unidad de cuenta de la red del mismo nombre, de las que se crearon 21 millones de ellas, y que se comercializa en unidades o porciones  a través de las plataformas de trading bitcoin

El precio de cada unidad se fija por su coste de intercambio, por lo que no existe un precio mundial o único del bitcoin
Fuente: Pixabay. Licencia CC0

No obstante, el importe de cada unidad en las diferentes operaciones de compra (por las mismas reglas de la oferta y de la demanda), tiende a equipararse en cada momento, lo que permite utilizarse como activo inmaterial de contraprestación o de intercambio en cualquier transacción bilateral en la que los contratantes lo acepten[…] ». 


jueves, 22 de agosto de 2019

Patrimonio Nacional lanza un concurso de fotografía de sus reales sitios (concurso)

Patrimonio Nacional lanza un concurso de fotografía de sus reales sitios(concurso)


Un jurado elegirá a tres ganadores a través de Instagram y recibirán un lote especial de los jardines históricos.

El pasado 19 de julio, Día Mundial de los Palacios, Patrimonio Nacional lanzó su primer concurso de fotografía en Instagram.

Patrimonio ha seguido el tema que propuso la Asociación de Reales Residencias Europeas para la edición 2019 #PalaceDay.

El objetivo: conocer las mejores fotos de los jardines históricos.

Para participar, Patrimonio ha lanzado un comunicado con los pasos: seguir a @realessitios, publicar las fotos de los jardines de sus Reales Sitios con el hashtag #realesJardines y etiquetar a @realessitios en las fotos que se suban a las cuentas de Instagram de las personas que tengan interés en participar.

La fecha límite para concursar es el próximo 31 de agosto. Un jurado elegirá a tres ganadores que recibirán un lote especial de merchandising de las tiendas oficiales gestionadas por Palacios y Museos. Además, los ganadores tendrán la oportunidad de fotografiar uno de los jardines históricos a puerta cerrada.

Fuente: Monarquía Confidencial


miércoles, 21 de agosto de 2019

“La inteligencia artificial nos obliga a revisar nuestra idea de justicia”(investigación)

“La inteligencia artificial nos obliga a revisar nuestra idea de justicia”(investigación)

Según el filósofo y tecnólogo David Weinberger, el aprendizaje automático está creando sus propios modelos para entender el mundo, un proceso que amplifica algunos errores humanos.



Fuente: Pixabay. Licencia CC0

David Weinberger (Nueva York, 1950) doctor en Filosofía por la Universidad de Toronto, bautizado por The Wall Street Journal como “gurú del marketing”, muestra así su pasión por asuntos que conoce al dedillo gracias a una larga trayectoria que ha desarrollado en paralelo a la evolución de internet, una herramienta que en su opinión nos ha conducido hasta “el mejor momento de la historia de la humanidad para convertirse en un sabio o en un perfecto idiota”. Si algunas de sus expresiones recuerdan a Woody Allen, no es casualidad: entre 1976 y 1983 fue uno de los guionistas que se introducía en la mente del director para crear las historias de la tira cómica Inside Woody Allen. Aunque ahora Weinberger prefiere diseccionar otros cerebros, el de las máquinas que aprenden por sí solas, con el fin de estudiar cómo piensan y los posibles sesgos de sus decisiones.

La actividad de Weinberger intenta dar respuestas a cómo está cambiando la tecnología las relaciones humanas, la comunicación, el conocimiento y la sociedad[…]

¿Más o menos imparciales que los humanos?

Ese matiz de “lo inexplicable” enlaza con el segundo asunto de la IA que hoy en día ocupa la mente de este filósofo: la imparcialidad. “Las conclusiones de los sistemas creados por las máquinas quizás no solo estén repitiendo los sesgos que introducimos los humanos, sino que incluso podrían amplificarlos”, afirma. 

En su opinión, nuestra primera responsabilidad es averiguar por qué el aprendizaje automático llega a diagnósticos parciales, aunque “no está muy claro que siempre vayamos a ser capaces de detectar el punto en el que se han equivocado, precisamente porque a veces no sabemos cómo entienden el mundo y esos modelos cada vez serán más complejos”.

Fuente: El Pais.


domingo, 18 de agosto de 2019

I centenario de la Legión y concurso para elegir logotipo y lema (noticia)

I centenario de la Legión o Tercio  de extranjeros creada por Real Decreto de 28 de enero de 1920
La Legión fue creada por Real Decreto de 28 de enero de 1920 (publicado en la Gaceta de Madrid el 29 de enero de 1920) , siendo Ministro de Guerra don José Villalba, con el nombre de Tercio de Extranjeros, con el fin de hacer frente, como ya había hecho Francia, a la dureza de los combates en la guerra del Rif (Marruecos), para lo que no estaban preparadas las tropas de reemplazo

Nadie podía intuir que aquella unidad que se constituía “como ensayo”, iba a convertirse en el más importante y trascendente hecho militar de los últimos cien años. Referente y modelo a seguir por todas las unidades del Ejército español, ha sabido adaptarse con sencillez, humildad, y con algunas incomprensiones y sufrimientos, a todas las situaciones que el deber le ha requerido. La Legión se acerca al Centenario de su fundación y aunque tiempo tendremos de hablar de este glorioso caminar hoy quiero darles a conocer los inicios de este último repecho que nos queda para cumplir los 100 años.

El General Jefe de la Legión, Don Juan Jesús Leza Benito, ha iniciado esta recta final con la convocatoria de un Concurso para elegir el logotipo y lema para el Centenario Fundacional que se celebrará el 20 de Septiembre de 2020.

Brillante idea del General que, además de ser el Jefe de la Brigada de la Legión “Rey Alfonso XIII”, ostenta el Mando Institucional de todas las Unidades de La Legión y por tanto le corresponde velar por su espíritu, tradiciones y uniformidad.

Fuente: Wikicommons.


Iniciados los actos que nos conducirán a la fecha del Centenario, os animamos a participar en todos los que se organicen; os lo pedimos alrededor de ese conjuro mágico que surge al gritar ¡A mi la Legión! y con el sentimiento de poder interpretar entre todos un canto de alabanza al legionario y al que siente y vive, aún sin haber vestido su uniforme, el Credo de la Legión.

La Legión Española es una fuerza del Ejército de Tierra Español compuesta actualmente por la Brigada de la Legión Rey Alfonso XIII (BRILEG), el Tercio Gran Capitán 1º de la Legión y el Tercio Duque de Alba 2 de la Legión. La BRILEG está encuadrada dentro de las Fuerzas Ligeras del Ejército español y se compone de los Tercios Juan de Austria y Alejandro Farnesio, más las unidades de Apoyo al combate y Apoyo Logístico al combate.

Fuente: General Dávila y otros.

Legislación historica

Real decreto creando una unidad militar armada, que se denominará Tercio de Extranjeros.

Gaceta de Madrid:
núm. 29, de 29/01/1920, página 322
Departamento:
Ministerio de Guerra


.


" Ministerio de la Guerra 
REAL DECRETO
A  propuesta del Ministro dé la Guerra y de acuerdo con el Consejo de 
Ministros, Vengo en decretar lo siguiente :
Artículo único. Con la denominación de Tercio de extranjeros se creará
una unidad militar armada, cuyos efectivos, haberes y reglamento por
que ha de regirse serán fijados por el Ministerio de la Guerra.



Dado en Palacio a veintiocho de enero de 1920.
ALFONSO,
El Ministro de la Guerra,
José Villalba".



viernes, 16 de agosto de 2019

A buen juez, mejor testigo (poesía)

A buen juez, mejor testigo
José Zorrilla







Los romantico españoles siempre acudieron a los tercios  como paradigma de distinción, en la guerra y en la sociedad . En este poema puede observarse el cambio  que se produce  en un voluntario que marcha a Flandes como soldado sin posibles ni fortuna y regresa nombrado capitán con  honores y distinciones. 



La poesía de Zorrilla nos embriaga con esta composición que debe seguir siendo conocida por todos porque es patrimonio cultural nuestro.Presumo que así es, más los tiempos no acompañan a mi esperanza.



Es poesía castellana, que siempre aporta,              que siempre ilustra y nunca defrauda.
 JLM

                                                                                          

         -----------&-----------





- I -

   Entre pardos nubarrones                        
pasando la blanca luna,               
con resplandor fugitivo,                              
la baja tierra no alumbra.
                              
La brisa con frescas alas           5
juguetona no murmura,                              
y las veletas no giran                     
entre la cruz y la cúpula.
                              
Tal vez un pálido rayo                   
la opaca atmósfera cruza,            10         
y unas en otras las sombras                       
confundidas se dibujan.
               
Las almenas de las torres                            
un momento se columbran,                      
como lanzas de soldados             15         
apostados en la altura.
                              
Reverberan los cristales                              
la trémula llama turbia,               
y un instante entre las rocas                      
riela la fuente oculta.               20              

Los álamos de la vega                   
                                     parecen en la espesura
de fantasmas apiñados                
medrosa y gigante turba;                            
y alguna vez desprendida            25         
gotea pesada lluvia,                       
que no despierta a quien duerme,                         
ni a quien medita importuna.
                              
Yace Toledo en el sueño                             
entre las sombras confusas.       30         
y el Tajo a sus pies pasando                       
con pardas ondas lo arrulla.
                              
El monótono murmullo               
sonar perdido se escucha,                          
cual si por las hondas calles        35         
hirviera del mar la espuma.
                              
¡Qué dulce es dormir en calma                 
cuando a lo lejos susurran                          
los álamos que se mecen,                          
las aguas que se derrumban!     40         
Se sueñan bellos fantasmas                      
que el sueño del triste endulzan,                            
y en tanto que sueña el triste,                  
no le aqueja su amargura.
                              
Tan en calma y tan sombría        45         
como la noche que enluta                          
la esquina en que desemboca                  
una callejuela oculta,                    
se ve de un hombre que aguarda                             
la vigilante figura,            50         
y tan a la sombra vela                   
que entre las sombras se ofusca.
                            
 Frente por frente a sus ojos                      
un balcón a poca altura                
deja escapar por los vidrios         55         
la luz que dentro le alumbra;                    
mas ni en el claro aposento,                     
ni en la callejuela oscura,                            
el silencio de la noche                  
rumor sospechoso turba.            60         

Pasó así tan largo tiempo,                          
que pudiera haberse duda                         
de si es hombre, o solamente                  
mentida ilusión nocturna;                          
pero es hombre, y bien se ve,    65         
porque con planta segura                          
ganando el centro a la calle                       
resuelto y audaz pregunta:                        
-¿Quién va? -y a corta distancia               
el igual compás se escucha         70         
de un caballo que sacude                           
las sonoras herraduras.                

-¿Quién va? -repite, y cercana                  
otra voz menos robusta               
responde: -Un hidalgo, ¡calle!    75         
-y el paso el bulto apresura.                      

                             -Téngase el hidalgo -el hombre
replica, y la espada empuña.                    
-Ved más bien si me haréis calle                              
(repitieron con mesura)                          80            
que hasta hoy a nadie se tuvo                  
Ibán de Vargas y Acuña.                              

-Pase el Acuña y perdone                           
-dijo el mozo en faz de fuga,                     
pues teniéndose el embozo       85         
sopla un silbato, y se oculta.                      

Paró el jinete a una puerta,                       
y con precaución difusa               
salió una niña al balcón                
que llama interior alumbra.        90         

-¡Mi padre! -clamó en voz baja.               
Y el viejo en la cerradura                            
metió la llave pidiendo                
a sus gentes que le acudan.                       

Un negro por ambas bridas         95         
tomó la cabalgadura,                    
cerróse detrás la puerta                              
y quedó la calle muda.                 

En esto desde el balcón,                             
como quien tal acostumbra,       100       
un mancebo por las rejas                           
de la calle se asegura.                   



Asió el brazo al que apostado                   
hizo cara a Ibán de Acuña,                         
y huyeron, en el embozo             105       
velando la catadura.                     


- II -

   Clara, apacible y serena                           
pasa la siguiente tarde,               
y el sol tocando su ocaso                            
apaga su luz gigante:      110       
se ve la imperial Toledo               
dorada por los remates,                              
como una ciudad de grana                         
coronada de cristales.                  

El Tajo por entre rocas  115       
sus anchos cimientos lame,                       
dibujando en las arenas               
las ondas con que las bate.                        

Y la ciudad se retrata                    
en las ondas desiguales,               120       
como en prenda de que el río                   
tan afanoso la bañe.                     

A la lejos en la vega                       
tiende galán por sus márgenes,               
de sus álamos y huertos               125       

el pintoresco ropaje,                     


y porque su altiva gala                  
más a los ojos halague,                
la salpica con escombros                            
de castillos y de alcázares.           130       

Un recuerdo es cada piedra                       
que toda una historia vale,                        
cada colina un secreto                 
de príncipes o galanes.                

Aquí se bañó la hermosa              135       
por quien dejó un rey culpable                 
amor, fama, reino y vida                             
en manos de musulmanes.                        

Allí recibió Galiana                         
a su receloso amante     140       
en esa cuesta que entonces                      
era un plantel de azahares.                       

Allá por aquella torre,                  
que hicieron puerta los árabes,               
subió el Cid sobre Babieca           145       
con su gente y su estandarte.                   

Más lejos se ve el castillo                            
de San Servando o Cervantes,                  
donde nada se hizo nunca                          
y nada al presente se hace.        150       


A este lado está la almena                          
por do sacó vigilante                     
el conde don Peranzules                            
al rey, que supo una tarde                         
fingir tan tenaz modorra,             155       
que político y constante,                            
tuvo siempre el brazo quedo                    
las palmas al horadarle.               

Allí está el circo romano,                            
gran cifra de un pueblo grande, 160       
y aquí, la antigua basílica                            
de bizantinos pilares,                    
que oyó en el primer concilio                    
las palabras de los padres                          
que velaron por la Iglesia             165       
perseguida o vacilante.                

La sombra en este momento                    
tiende sus turbios cendales                       
por todas esas memorias                           
de las pasadas edades, 170       
y del Cambrón y Visagra                              
los caminos desiguales,               
camino a los toledanos                
hacia las murallas abren.                            

Los labradores se acercan            175       
al fuego de sus hogares,                             
cargados con sus aperos,                            
cansados de sus afanes.  
                            

Los ricos y sedentarios                 
se tornan con paso grave,           180       
calado el ancho sombrero,                        
abrochados los gabanes,                            
y los clérigos y monjes                 
y los prelados y abades                
sacudiendo el leve polvo              185       
de capelos y sayales.                    

Quédase sólo un mancebo                        
de impetuosos ademanes,                        
que se pasea ocultando               
entre la capa el semblante.        190       
Los que pasan le contemplan                   
con decisión de evitarle,                             
y él contempla a los que pasan                
como si a alguien aguardase.                    

Los tímidos aceleran      195       
los pasos al divisarle,                    
cual temiendo de seguro                            
que les proponga un combate;                
y los valientes le miran                 
cual si sintieran dejarle 200       
sin que libres sus estoques,                      
en riña sonora dancen.                

Una mujer también sola                              
se viene el llano adelante,                         
la luz del rostro escondida          205       
en tocas y tafetanes.                    


Mas en lo leve del paso               
y en lo flexible del talle                
puede, a través de los velos                      
una hermosa adivinarse.              210       

Vase derecha al que aguarda                    
y él al encuentro le sale,                             
diciendo... cuanto se dicen                        
en las citas los amantes.                             

Mas ella, galanterías      215       
dejando severa aparte,               
así al mancebo interrumpe,                      
en voz decisiva y grave:               
-Abreviemos de razones,                           

Diego Martínez; mi padre,           220       
que un hombre ha entrado en su ausencia,                       
dentro mi aposento sabe;                          
y así, quien mancha mi honra                   
con la suya me la lave;                 
o dadme mano de esposo,          225       
o libre de vos dejadme.                

Miróla Diego Martínez                 
atentamente un instante,                          
y echando a un lado el embozo,                              
repuso palabras tales:   230       

-Dentro de un mes, Inés mía,                    
parto a la guerra de Flandes;                    
al año estaré de vuelta                

y contigo en los altares.                


Honra que yo te desluzca,           235       
con honra mía se lave,                 
que por honra vuelven honra                   
hidalgos que en honra nacen.                   

-Júralo -exclamó la niña.                             
-Más que mi palabra vale             240       
no te valdrá un juramento.                        

-Diego, la palabra es aire.                           
-¡Vive Dios que estás tenaz!                      
Dalo por jurado y baste.                             

-No me basta, que olvidar            245       
puedes la palabra en Flandes.                  

-¡Voto a Dios!, ¿qué más pretendes?                    
-Que a los pies de aquella imagen                          
lo jures como cristiano                 
del santo Cristo delante.              250       

Vaciló un poco Martínez;                            
mas, porfiando que jurase,                        
llevóle Inés hacia el templo                       
que en medio la vega yace.                       

Enclavado en un madero,            255       
en duro y postrero trance,                         
ceñida la sien de espinas,                           

decolorido el semblante,                            

velase allí un crucifijo                   
teñido de negra sangre,               260       
a quien Toledo, devota,               
acude hoy en sus azares.                            

Ante sus plantas divinas                              
llegaron ambos amantes,                           
y haciendo Inés que Martínez    265       
los sagrados pies tocase,                            
preguntóle:                      
-Diego, ¿juras
a tu vuelta desposarme?                            
Contestó el mozo:                          
-¡Sí, juro!
Y ambos del templo se salen.     270       


- III -

   Pasó un día y otro día,                              
un mes y otro mes pasó,                             
y un año pasado había;                
mas de Flandes no volvía                            
Diego, que a Flandes partió.       275       
  
Lloraba la bella Inés                      
su vuelta aguardando en vano;                
oraba un mes y otro mes                            
del crucifijo a los pies                   
do puso el galán su mano.           280       


   Todas las tardes venía                
después de traspuesto el sol,                    
y a Dios llorando pedía                
la vuelta del español,                   
y el español no volvía.   285       

   Y siempre al anochecer,                          
sin dueña y sin escudero,                           
en un manto una mujer               
el campo salía a ver                       
al alto del Miradero.      290       

  ¡Ay del triste que consume                     
su existencia en esperar!                            
¡Ay del triste que presume                        
que el duelo con que él se abrume                        
al ausente ha de pesar! 295       
   
La esperanza es de los cielos                  
precioso y funesto don,               
pues los amantes desvelos                        
cambian la esperanza en celos,                
que abrasan el corazón.               300       
 
 Si es cierto lo que se espera,                    
es un consuelo en verdad;                         
pero siendo una quimera,                          
en tan frágil realidad                     
quien espera desespera.             305       

  Así Inés desesperaba                 
sin acabar de esperar,                  
y su tez se marchitaba,                 
y su llanto se secaba                     
para volver a brotar.      310       

   En vano a su confesor               
pidió remedio o consejo                             
para aliviar su dolor;                     
que mal se cura el amor                              
con las palabras de un viejo.      315       

 En vano a Ibán acudía,                
llorosa y desconsolada;               
el padre no respondía,                 
que la lengua le tenía                   
su propia deshonra atada.           320       
  
  Y ambos maldicen su estrella,               
callando el padre severo                            
y suspirando la bella,                    
porque nació mujer ella,                             
y el viejo nació altanero.              325       
 
 Dos años al fin pasaron               
en esperar y gemir,                       
y las guerras acabaron,                
y los de Flandes tornaron                           
a sus tierras a vivir.         330       

 Pasó un día y otro día,                 
un mes y otro mes pasó,                             
y el tercer año corría;                    
Diego a Flandes se partió,                           

mas de Flandes no volvía.            335        




Era una tarde serena;                   
doraba el sol de Occidente                        
del Tajo la vega amena,               
y apoyada en una almena                           
miraba Inés la corriente.              340       

Iban las tranquilas olas                 
las riberas azotando                      
bajo las murallas solas,                
musgo, espigas y amapolas                        
ligeramente doblando. 345       

Algún olmo que escondido                        
creció entre la yerba blanda,                     
sobre las aguas tendido               
se reflejaba perdido                      
en su cristalina banda.   350       
 
Y algún ruiseñor colgado                             
entre su fresca espesura                            
daba al aire embalsamado                         
su cántico regalado                       
desde la enramada oscura.         355       

Y algún pez con cien colores,                    
tornasolada la escama,                
saltaba a besar las flores                             
que exhalan gratos olores                          

a las puntas de una rama.            360        


Y allá en el trémulo fondo                          
el torreón se dibuja                       
como el contorno redondo                        
del hueco sombrío y hondo                       
que habita nocturna bruja.         365       

 Así la niña lloraba                          
el rigor de su fortuna,                  
y así la tarde pasaba                     
y al horizonte trepaba                  
la consoladora luna.       370       

A lo lejos, por el llano,                  
en confuso remolino,                   
vio de hombres tropel lejano                    
que en pardo polvo liviano                         
dejan envuelto el camino.           375       

 Bajó Inés del torreón,                 
y, llegando recelosa                      
a las puertas del Cambrón,                        
sintió latir, zozobrosa,                  
más inquieto el corazón.              380       

 Tan galán como altanero,                          
dejó ver la escala luz                     
por bajo el arco primero                             
un hidalgo caballero                      
en un caballo andaluz.   385       


Jubón negro acuchillado,                             
banda azul, lazo en la hombrera,                            
y sin pluma al diestro lado                          
el sombrero derribado                 
tocando con la gorguera.             390       

Bombacho gris guarnecido,                       
bota de ante, espuela de oro,                   
hierro al cinto suspendido,                        
y a una cadena, prendido,                          
agudo cuchillo moro.     395       

Vienen tras este jinete,               
sobre potros jerezanos,               
de lanceros hasta siete,               
y en la adarga y coselete                            
diez peones castellanos.              400       

Asióse a su estribo Inés,                              
gritando: -¿Diego, eres tú?                        
Y él, viéndola de través,               
dijo: -¡Voto a Belcebú,                 
que no me acuerdo quién es!    405       
   
Dio la triste un alarido                              
tal respuesta al escuchar,                           
y a poco perdió el sentido,                        
sin que más voz ni gemido                         
volviera en tierra a exhalar.        410       

Frunciendo ambas a dos cejas,                 
encomendóla a su gente                            
diciendo: -¡Malditas viejas                         
que a las mozas malamente                      
enloquecen con consejas!           415       

Y aplicando el capitán                   
a su potro las espuelas,               
el rostro a Toledo dan,                 
y a trote cruzando van                 
las oscuras callejuelas.  420       


- IV -

   Así por sus altos fines               
dispone y permite el cielo                          
que puedan mudar al hombre                  
fortuna, poder y tiempo.                            

A Flandes partió Martínez           425       
de soldado aventurero,               
y por su suerte y hazañas                           
allí capitán le hicieron.                 

Según alzaba en honores,                          
alzábase en pensamientos,        430       
y tanto ayudó en la guerra                         
con su valor y altos hechos,                       
que el mismo rey a su vuelta                     
le armó en Madrid caballero,                    
tomándole a su servicio 435       
por capitán de lanceros.                             

Y otro no fue que Martínez,                      
quien a poco entró en Toledo,                 
tan orgulloso y ufano                   
cual salió humilde y pequeño,   440       
ni es otro a quien se dirige,                        
cobrado el conocimiento,                          
la amorosa Inés de Vargas,                        
que vive por él muriendo.                          

Mas él, que, olvidando todo,      445       
olvidó su nombre mesmo,                         
puesto que Diego Martínez                       
es el capitán don Diego,                              
ni se ablanda a sus caricias,                        
ni cura de sus lamentos;              450       
diciendo que son locuras                            
de gente de poco seso;                
que ni él prometió casarse                         
ni pensó jamás en ello.                

¡Tanto mudan a los hombres     455       
fortuna, poder y tiempo!                            
En vano porfiaba Inés                   
con amenazas y ruegos;                              
cuanto más ella importuna,                       
está Martínez severo.   460       

Abrazada a sus rodillas,                
enmarañado el cabello,               
la hermosa niña lloraba               
prosternada por el suelo.                           

Mas todo empeño es inútil,        465       
porque el capitán don Diego                     
no ha de ser Diego Martínez,                    
como lo era en otro tiempo.                     

Y así llamando a su gente,                          
de amor y piedad ajeno,              470       
mandóles que a Inés llevaran                    
de grado o de valimiento.                          

Mas ella, antes que la asieran,                 
cesando un punto en su duelo,                
así habló, el rostro lloroso           475       
hacia Martínez volviendo:                          
-Contigo se fue mi honra,                           
conmigo tu juramento;               
pues buenas prendas son ambas,                           
en buen fiel las pesaremos.        480       

Y la faz descolorida                        
en la mantilla envolviendo,                       
a pasos desatentados                  
salióse del aposento.                    


- V -

   Era entonces de Toledo            485       
por el rey gobernador                  
el justiciero y valiente                  
don Pedro Ruiz de Alarcón.                        
Muchos años por su patria                         
el buen viejo peleó;        490       
cercenado tiene un brazo,                         
mas entero el corazón.                

La mesa tiene delante,                
los jueces en derredor,                
los corchetes a la puerta              495       
y en la derecha el bastón.                          

Está, como presidente                 
del tribunal superior,                    
entre un dosel y una alfombra,                
reclinado en un sillón,    500       
escuchando con paciencia                          
la casi asmática voz                       
con que un tétrico escribano                    
solfea una apelación.                    

Los asistentes bostezan 505       
al murmullo arrullador;                
los jueces, medio dormidos,                     
hacen pliegues al ropón;                             
los escribanos repasan                 
sus pergaminos al sol;    510       

los corchetes a una moza                           
guiñan en un corredor,                
y abajo, en Zocodover,                
gritan en discorde son                  
los que en el mercado venden  515       
lo vendido y el valor.                     

   Una mujer en tal punto,                          
en faz de gran aflicción,               
rojos de llorar los ojos,                
ronca de gemir la voz,   520       
suelto el cabello y el manto,                      
tomó plaza en el salón                 
diciendo a gritos: -Justicia,                         
jueces; justicia, señor!                 

Y a los pies se arroja, humilde,   525       
de don Pedro de Alarcón,                           
en tanto que los curiosos                            
se agitan al derredor.                   

Alzóla cortés don Pedro                              
calmando la confusión  530       
y el tumultuoso murmullo                          
que esta escena ocasionó,                         
diciendo:                            

-Mujer, ¿qué quieres?
-Quiero justicia, señor.                

-¿De qué?                          
-De una prenda hurtada. 535     

-¿Qué prenda?                
-Mi corazón.

-¿Tú le diste?                   
-Le presté.

-¿Y no te le han vuelto?               
-No.

-Tienes testigos?                            
-Ninguno.

-¿Y promesa?                   
-¡Sí, por Dios! 540           

Que al partirse de Toledo                           
un juramento empeñó.               

-¿Quién es él?                  
-Diego Martínez.

-¿Noble?                            
-Y capitán, señor.
-
Presentadme al capitán,             545       
que cumplirá si juró.                     

Quedó en silencio la sala,                           
y a poco en el corredor                

se oyó de botas y espuelas                        
el acompasado son.        550       

Un portero, levantando               
el tapiz, en alta voz                        
dijo: -El capitán don Diego.                        

Y entró luego en el salón                            
Diego Martínez, los ojos               555       
llenos de orgullo y furor.                             

-¿Sois el capitán don Diego                        
-díjole don Pedro- vos?                
Contestó, altivo y sereno,                          

Diego Martínez:                              
-Yo soy. 560       

-¿Conocéis a esa muchacha?                     
-Ha tres años, salvo error.                          

-¿Hicisteisla juramento                
de ser su marido?                          

-No.
-¿Juráis no haberlo jurado?         565       

-Sí juro.               
-Pues id con Dios.

-¡Miente! -clamó Inés, llorando               
de despecho y de rubor.                             

-Mujer, ¡piensa lo que dices!                     
-Digo que miente: juró. 570       

-¿Tienes testigos?                          
-Ninguno.

-Capitán, idos con Dios,               
y dispensad que, acusado,                         
dudara de vuestro honor.                          

Tornó Martínez la espalda           575       
con brusca satisfacción,               
e Inés, que le vio partirse,                          
resuelta y firme gritó:                   
-Llamadle, tengo un testigo.                      

Llamadle otra vez, señor.             580       
Volvió el capitán don Diego,                      
sentóse Ruiz de Alarcón,                             
la multitud aquietóse                   
y la de Vargas siguió:                    
-
Tengo un testigo a quien nunca               585       
faltó verdad ni razón.                   

-¿Quién?                            
-Un hombre que de lejos
nuestras palabras oyó,                 
mirándonos desde arriba.                          

-¿Estaba en algún balcón?           590       

-No, que estaba en un suplicio                  
donde ha tiempo que expiró.                   

-¿Luego es muerto?                      
-No, que vive.

-Estáis loca, ¡vive Dios!                 
¿Quién fue?                      

-El Cristo de la Vega   595            
a cuya faz perjuró.                         

Pusiéronse en pie los jueces                     
al nombre del Redentor,                            
escuchando con asombro                           
tan excelsa apelación.   600       

Reinó un profundo silencio                        
de sorpresa y de pavor,               
y Diego bajó los ojos                     
de vergüenza y confusión.                         

Un instante con los jueces          605       
don Pedro en secreto habló,                     
y levantóse diciendo                     
con respetuosa voz:                      

-La ley es ley para todos;                            
tu testigo es el mejor;   610       
mas para tales testigos                
no hay más tribunal que Dios.                  

Haremos... lo que sepamos;                      
escribano: al caer el sol,                              
al Cristo que está en la vega       615       
tomaréis declaración.                   


- VI -

   Es una tarde serena,                  
cuya luz tornasolada                     
del purpurino horizonte                              
blandamente se derrama.           620       

Plácido aroma las flores,                             
sus hojas plegando exhalan,                     
y el céfiro entre perfumes                         
mece las trémulas alas.                

Brillan abajo en el valle 625       
con suave rumor las aguas,                        
y las aves, en la orilla,                   
despidiendo al día cantan.                         
  
 Allá por el Miradero,                 
por el Cambrón y Visagra,            630       
confuso tropel de gente                             
del Tajo a la vega baja.                 

Vienen delante don Pedro                         
de Alarcón, lbán de Vargas,                       
su hija Inés, los escribanos,         635       
los corchetes y los guardias;                      
y detrás monjes, hidalgos,                         
mozas, chicos y canalla.               

Otra turba de curiosos                 
en la vega les aguarda,  640       
cada cual comentariando                           
el caso según le cuadra.               

Entre ellos está Martínez                            
en apostura bizarra,                      
calzadas espuelas de oro,            645       
valona de encaje blanca.                             

bigote a la borgoñesa,                 
melena desmelenada,                 
el sombrero guarnecido                              
con cuatro lazos de plata,            650       
un pie delante del otro,               
y el puño en el de la espada.                     
Los plebeyos de reojo                  
le miran de entre las capas:                       
los chicos, al uniforme, 655       
y las mozas, a la cara.                   

Llegado el gobernador                 
y gente que le acompaña,                          
entraron todos al claustro                          
que iglesia y patio separa.           660       

Encendieron ante el Cristo                         
cuatro cirios y una lámpara,                      
y de hinojos un momento                          
le rezaron en voz baja.                 

   Está el Cristo de la Vega            665       
la cruz en tierra posada,                             
los pies alzados del suelo                            
poco menos de una vara;                           
hacia la severa imagen                 
un notario se adelanta, 670       
de modo que con el rostro                         
al pecho santo llegaba.                

A un lado tiene a Martínez;                       
a otro lado, a Inés de Vargas;                    
detrás, el gobernador    675       
con sus jueces y sus guardias.                   

Después de leer dos veces                         
la acusación entablada,               
el notario a Jesucristo                  
así demandó en voz alta:              680       

-Jesús, Hijo de María,                    
ante nos esta mañana                  
citado como testigo                      
por boca de Inés de Vargas,                      
¿juráis ser cierto que un día        685       
a vuestras divinas plantas                           
juró a Inés Diego Martínez                         
por su mujer desposarla?                           

   Asida a un brazo desnudo                      
una mano atarazada       690       
vino a posar en los autos                            
la seca y hendida palma,                             
y allá en los aires «¡Sí juro!»,                    
clamó una voz más que humana.                            

Alzó la turba medrosa   695       
la vista a la imagen santa...                        
Los labios tenla abiertos                             
y una mano desclavada.                              

Conclusión

   Las vanidades del mundo                        
renunció allí mismo Inés,             700       
y espantado de sí propio,                           
Diego Martínez también.                            

Los escribanos, temblando,                       
dieron de esta escena fe,                           
firmando como testigos               705       
cuantos hubieron poder.                            

Fundóse un aniversario               
y una capilla con él,                       
y don Pedro de Alarcón               
el altar ordenó hacer,    710       

donde hasta el tiempo que corre,                           
y en cada año una vez,                 
con la mano desclavada                              
el crucifijo se ve.