Buscar este blog

jueves, 29 de diciembre de 2022

La Casa de Borbón y el resurgimiento de España ( micro ensayo)

 

La Casa de Borbón y el resurgimiento de España


por 

Juan B. Lorenzo de Membiela 

Dado el precario estado de salud del rey de España, Carlos II, las potencias extranjeras se posicionan a favor de los distintos candidatos a la sucesión. El Consejo de Estado se inclina a favor del duque de Anjou. La decisión última pertenece al papa Inocencio XI, quien comunica al monarca español su elección por el candidato francés. Es nombrado heredero a la muerte del rey que ocurrió en noviembre de 1700.

El conflicto armado que originó dicha opción concluyó mediante los Tratados de Utrecht firmados entre 1713 y 1715. Arrebató a España de, prácticamente, todas sus posesiones en Europa obligándola a abrir sus puertos al comercio de Inglaterra, nación que fue la ganadora de la contienda […]. 

Lectura en El Confidencial Digital





martes, 27 de diciembre de 2022

Nacimiento de Jesús ( relato de A.C. Emmerich)

 Navidad de 2022

Nacimiento de Jesús ( relato de A.C. Emmerich)

Nacimiento de Jesus ( relato de A.C. Emmerich)


Período del relato: 24-25 de diciembre.

Año: Cero.

Lugar: Gruta de los pastores. Ciudad de Belén.

Hora de inicio del relato: Anochecer del 24 de diciembre.


[…] El resplandor en torno a la Santísima Virgen se hacía cada vez mayor y ya no se veía la luz de la lámpara que había encendido José. La Santísima Virgen estaba vuelta al Oriente y arrodillada sobre su colcha de dormir, con su amplio vestido (blanco) suelto y extendido en torno a ella.

A las doce de la noche se quedó abstraída en oración; la vi elevarse sobre la Tierra de modo que podía verse el suelo debajo. Tenía las manos cruzadas sobre el pecho y en torno a ella seguía aumentando el resplandor. Todo estaba entrañablemente y jubilosamente agitado, incluso las cosas inanimadas, la roca del techo, las paredes, el techo y el suelo de la gruta estaba como viva dentro de aquella luz. Entonces ya no vi más el techo de la gruta, y una vía de luz se abrió entre María y lo más alto del Cielo con un resplandor cada vez más alto.

En esta vía de luz apareció un maravilloso movimiento de glorias que se acercaban perceptiblemente en forma de coros de espíritus celestiales.

Pero la Santísima Virgen, que levitaba en éxtasis, rezaba ahora mirando hacia abajo, al suelo, a su Dios en cuya madre se había convertido, que yacía ante ella en el suelo como un fragil recién nacido.

Gruta de Belen. Fuente: Pixabay. Licencia CCO


Vi a Nuestro Salvador como un niño muy pequeño y brillante cuya luz sobrepasaba la del resplandor circundante, acostado en la manta delante de las rodillas de la Santísima Virgen. Para mí era como si fuera muy pequeñito y se fuera haciendo más grande ante mis ojos. Pero todo esto solo era un movimiento del otro resplandor tan grande, que no puedo decir con seguridad cómo lo he visto.

La Santísima Virgen estuvo así extasiada todavía un rato y vi que le puso al niño un paño, pero no lo tomó en brazos ni lo levantó. Al cabo de un largo rato vi que el niño rebullía y lo oí llorar, y entonces fue como si María volviera en sí: levantó al niñito de la alfombra y lo envolvió en el pañal que le había puesto encima y lo sostuvo en brazos junto a su pecho. Luego se sentó y envolvió completamente al niño en su velo: creo que María daba de mamar al Salvador. Entonces vi en torno a ella a ángeles de figura totalmente humana adorandolo  con el rostro en el suelo.

Ya habría pasado más de una hora desde el nacimiento cuando María llamó a José, que todavía estaba en oración. Cuando se acercó, se postró sobre su rostro con fervor, alegría y humidad, y solo se levantó cuando María le pidió varias veces que lo apretara contra su corazón y diera gracias alegremente por el sagrado regalo del Altísimo. Entonces José se incorporó, recibió en sus brazos al niño Jesús y alabó a Dios con lágrimas de gozo.

Entonces la Santísima Virgen envolvió al niño en pañales. En este momento no recuerdo la forma de envolverlo en pañales, sólo sé que uno era rojo, y sobre él una envoltura blanca hasta debajo de los bracitos y otro pañalito más por arriba hasta la cabecita. María solamente tenía cuatro pañales.

Luego vi a María y José sentados en el suelo desnudo con las piernas cruzadas uno junto a otro. No hablaban y parecían sumidos en contemplación. Sobre la alfombra delante de María yacía envuelto como un bebé, Jesús recién nacido, hermoso y radiante como un relámpago.

¡Ay!, pensé, este lugar contiene la salvación del mundo entero y nadie tiene ni la menor idea.

A continuación pusieron al niño en el pesebre, que estaba lleno de juncos y hierbas finas y revestido con una manta que colgaba por los costados. El pesebre estaba encima del abrevadero de piedra que había a la derecha de la entrada de la cueva, donde ésta se ensanchaba hacia mediodía.

Esta parte de la cueva estaba más honda que donde nació Jesús, y el suelo estaba desgastado escalonadamente.

Cuando pusieron al niño en el pesebre, los dos se quedaron de pie a su lado cantando himnos entre lágrimas de alegría.

José puso entonces el lecho y el asiento de la Santísima Virgen al lado del pesebre. Antes y después de nacer Jesús, siempre vi a la Santísima Virgen velada y completamente vestida de blanco. Durante los primeros días la he visto allí, sentada, de rodillas, de pie e incluso adormecida , envuelta y tendida de costado, pero de ningún modo enferma o agotada.

Cuando nació Jesús, vi que los pastores asustados por el aspecto insólito de esa noche maravillosa, estaban de pié delante de sus cabañas, miraban en derredor suyo y consideraban con asombro una luz extraordinaria sobre la gruta del pesebre. Al principio los pastores estaban atemorizados, pero un ángel apareció delante de ellos y les dijo: “No temáis, porque vengo a anunciaros una gran nueva que causará gozo a todo el pueblo de Israel.

 Hoy en la ciudad de David os ha nacido un Salvador, que es el Cristo, el Señor. Lo conocerán por este signo: Hallaréis al Niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre”.

 Mientras el ángel anunciaba esto, el esplendor crecía más y más en torno suyo y yo vi cinco o siete figuras de ángeles muy bellas y luminosas. Tenían en sus manos como una larga banderita en la cual había algo escrito con letras grandes como la mano y los oí alabar a Dios y cantar: “Gloria a Dios en lo más alto de los cielos y paz en la Tierra a los hombres de buena voluntad”. 

No vi que los pastores fuesen inmediatamente a la gruta del Pesebre, de la cual distaba más de una legua; sino que los vi deliberar sobre lo que le llevarían al recién nacido y preparar sus presentes con la posible presteza. Ya en la aurora, se dirigieron al pesebre.”


Ana Catalina Emmerich (1774-1824), beatificada por S. Juan Pablo II en 2004.

Aclaración:

Esta narración de Ana Catalina Emmerich corresponde a visiones personales que ella testimonia haber tenido. En la Iglesia estas son llamadas “revelaciones privadas” que según se señala en el Catecismo de la Iglesia Católica “no pertenecen al depósito de la fe. Su función no es la de "mejorar" o "completar" la Revelación definitiva de Cristo, sino la de ayudar a vivirla más plenamente en una cierta época de la historia.” (Catecismo N° 67)


Fuente: Autores Católicos. Revelaciones de Sor Ana Catalina Emmerich.
Mística alemana 1774-1824.
Religiosa agustina .

Fue exclaustrada a la fuerza por la invasión napoleónica.

Sus revelaciones místicas eran tan detalladas que ayudaron a descubrir la casa de la Virgen en Efeso.

jueves, 22 de diciembre de 2022

El revisionismo histórico o descolonización Woke ( micro-ensayo)

 

El revisionismo histórico o descolonización Woke ( micro-ensayo)

Juan B. Lorenzo de Membiela 

Fuente: wiki commons
Para la cultura Woke, el revisionismo histórico o descolonización consiste en un esfuerzo continuo y profundo que persigue el desmantelamiento de la discriminación por raza o color. La descolonización significa desaprender, olvidar activamente el legado peligroso y dañino de la colonización, particularmente las ideas racistas de que las personas negras, indígenas y de color (BIPOC) son inferiores a los europeos caucásicos, pues todo lo hecho por el hombre blanco es destructivo, vejatorio e infame […] 


LECTURA al El confidencial digital





miércoles, 14 de diciembre de 2022

Posmodernismo, civilización y libertad ( micro-ensayo)

Posmodernismo, civilización y libertad (micro-ensayo)

por

Juan B. Lorenzo de Membiela 

Una nueva cultura se extiende silente sobre las sociedades avanzadas impregnando todo de un inquietante aroma de miedo, frustración, culpa y vergüenza. Se siente el hálito de ser disidente en la propia casa, generando una espiral de silencio que condena al ostracismo...

ENLACE A LECTURA en El confidencial digital 


Fuente: Imagen de Viarami a través de Pixabay





martes, 6 de diciembre de 2022

6 de diciembre de 2022 Dia de la Constitución de España

 

6 de diciembre de 2022 Dia de la Constitución de España


44º aniversario de la Constitución



La Constitución es norma fundamental de convivencia que promueve el bien de los españoles y de España. Y lo hace a traves de tres ejes:  mediante el reconocimiento de unos derechos y deberes a las personas; mediante la ordenación de las instituciones que vertebran la acción del Estado y mediante su proyección ante la comunidad internacional de un marco jurídico y social robusto que transmite confiabilidad porque es previsible y persistente.


No es la Constitución Española una norma anticuada.  44 años es una edad en la que se comienza a comprender la complejidad de los procesos vitales. Tampoco es una constitución laureada por la senectud en donde la prudencia marca sus rumbos. Gozamos, si, de una Constitución madura, alejada de la ociosidad de las pasiones, como escribió en alguna ocasión Seneca, pero con todo el vigor de aquellos sueños que se imprimieron en su articulado.


A lo lejos contemplamos la Constitución norteamericana de 1787 e incluso la constitución no codificada inglesa de 1688, entre algunas otras. Es llamativo el dato de que las constituciones más longevas han logrado situar a sus naciones entre las más prósperas del mundo.


Pero la Constitución no es solo una enumeración de finalidades sociales, políticas y económicas. Necesita también de una protección suficiente y bastante para que despliegue su eficacia y no quede en lo fallido y frustrado. Esto es una responsabilidad que a todos nos afecta porque el bienestar que procura también a todos nos beneficia, hoy y para el futuro.


Gozamos de una magnifica Constitución que construye sobre la monarquía parlamentaria un proyecto de comunidad bueno, pacífico y generoso. Estos 44 años han dejado una senda que nos han conducido a cotas de prosperidad desconocidas. 


Hay camino por hacer y rumbos más prósperos que explorar, por eso mi patria está en esta Carta Magna que nos evita zozobrar ante la incertidumbre furtiva.



Juan Lorenzo d Membiela,



Fuente: Wikimedia Commons 

martes, 6 de septiembre de 2022

V Centenario I Vuelta al mundo. Recreacion histórica en Sevilla

 

                                             Recreación histórica llegada de Juan Sebastián de  Elcano a Sevilla

                                                  Jueves , 8 de septiembre de 2022. Muelle de las Delicias.

sábado, 27 de agosto de 2022

Día Europeo de Conmemoración de las Víctimas del Estalinismo y el Nazismo

 

Día Europeo de Conmemoración de las Víctimas del Estalinismo y el Nazismo


23 de agosto


Totalitarismos
Fuente: Pixabay.Licencia CC0

En los totalitarismos la mentira no constituye problema porque no existe libertad.

 De aquí que la geometría engaño/totalitarismo-verdad/libertad alcance una relevancia decisiva. Pero las «cosas» del hombre no tienen esta apolínea estructura, mostrando amorfismos no justificados.

 Engaño/verdad y totalitarismo/libertad suelen presentarse en un mismo oleo y en muchas ocasiones  es imposible distinguirlos porque se encuentran esbozados en una amplia gama de grisis...

La credulidad de la población llega en ocasiones a ser muy profunda creyendo en lo noticiado  solo por serlo, sin una somero análisis  por muy superficial que sea.

 ¿Cuándo soporta un pueblo las injusticias sino cuando es incapaz de darse cuenta? (Friedrich Richter, 2012:89)[1]

Los  totalitarismos imponen creencias en forma de ideología de Estado. Hoy fácilmente implementadas porque la sociedad ha abrazado una cultura sin Dios, lo que significa una sociedad sin verdades. Superando con ello la equivalencia entre ser -verdadero-bueno-bello, como sostiene Ruiz Retegui ya que no se plantea si lo bello (que atrae) es verdad y bien.  


Juan L Membiela,



[1]  Jean Paul (Friedrich Richter), (1889): «Elogio de la estupidez y otros textos sobre idiotas», Madrid: Cómplices.  





lunes, 15 de agosto de 2022

La ascensión de la Virgen (relato)

 La ascensión de la Virgen (relato)


por la beata  Sor Ana Catalina Emmerich.


«[…]Después de la muerte, resurrección y ascensión de Nuestro Señor, María vivió algunos años en Jerusalén, tres en Betania y nueve en Éfeso. En esta última ciudad, la Virgen habitaba sola y con una mujer más joven que la servía y que iba a buscar los escasos alimentos que necesitaban.

Vivían en el silencio y en una paz profunda. No había hombres en la casa y a veces algún discípulo que andaba de viaje, venía a visitarla. Vi entrar y salir frecuentemente a un hombre, que siempre he creído que era San Juan; mas ni en Jerusalén ni en Éfeso demoraba mucho en la vecindad; iba y venía.

La Sma. Virgen se hallaba más silenciosa y ensimismada en los últimos años de su vida; ya casi no tomaba alimento, parecía que solo su cuerpo estaba en la Tierra y que su Espíritu se hallaba en otra parte. Desde la Ascensión de Jesús todo su ser expresaba un anhelo siempre creciente y que la consumía más y más.

 Fuente: Pixabay.Licencia CC0

 En cierta ocasión Juan y la Virgen se retiraron al Oratorio, ésta tiró un cordón y el Tabernáculo giró y se mostró la Cruz; después de haber orado los dos cierto tiempo de rodillas, Juan se levantó, extrajo de su pecho una caja de metal, la abrió, por un lado, tomó un envoltorio de lana finísima sin teñir y de éste un lienzo blanco doblado y sacó el Santísimo Sacramento en forma de una partícula blanca cuadrada. Enseguida pronunció ciertas palabras en tono grave y solemne, entonces dio la Eucaristía a la Santa Virgen.

A alguna distancia detrás de la casa, en el camino que lleva a la cumbre de la montaña, la Santa Virgen había dispuesto una especie de Camino de la Cruz o Vía Crucis. Cuando habitaba en Jerusalén, jamás había cesado de andar la Vía Dolorosa y de regar con sus lágrimas los sitios donde El había sufrido. Tenía medido paso por paso todos los intervalos y su amor se alimentaba con la contemplación incesante de aquella marcha tan penosa.

Poco tiempo después de llegar a Éfeso la vi a entregarse diariamente a meditar la Pasión, siguiendo el camino que iba a la cúspide de la montaña. Al principio hacía sola esta marcha y según el número de pasos tantas veces contados por Ella, medía las distancias entre los diversos lugares en que se había verificado algún especial incidente de la Pasión del Salvador. 

En cada uno de los sitios, erigía una piedra o si se encontraba allí un árbol, hacía en él una señal. El camino conducía a un bosque donde un montecillo representaba el Calvario, lugar del sacrificio y una pequeña gruta el Santo Sepulcro. 

Cuando María hubo dividido en doce Estaciones el Camino de la Cruz, lo recorrió con su sirvienta sumida en contemplación. Separaba en cada lugar que recordaba un episodio de la Pasión, meditaba sobre él, daba gracias al Señor por su amor y la Virgen derramaba lágrimas de compasión.

Después de tres años de residencia en Éfeso, María tuvo gran deseo de volver a Jerusalén; la acompañaron Juan y Pedro y creo que muchos apóstoles se hallaban allí reunidos. A la llegada de María y de los apóstoles en Jerusalén, los vi que antes de entrar en la ciudad, visitaron el Huerto de los Olivos, el Monte Calvario, el Santo Sepulcro y todos los Santos Lugares en torno a Jerusalén. 

La madre de Dios se hallaba tan enternecida y llena de compasión, que apenas podía ponerse de pié, Juan y Pedro la conducían sosteniéndola de los brazos. Pasado algún tiempo, María regresó a su morada de Éfeso en compañía de San Juan.

A pesar de su avanzada edad, la Santa Virgen no manifestaba otras señales de vejez que la expresión del ardiente deseo que la consumía y la impulsaba en cierto modo a su transfiguración. 

Tenía una gravedad inefable, jamás la vi reírse, únicamente sonreírse con cierto aire arrebatador. Mientras más avanzada en años, su rostro se ponía más blanco y diáfano. Estaba flaca pero sin arrugas, ni otro signo de decrepitud, había llegado a ser un puro Espíritu.

Por último llegó para la Madre de Jesús, la hora de abandonar este mundo y unirse a su Divino Hijo. En su alcoba encortinada de blanco, la vi tendida sobre una cama baja y estrecha; su cabeza reposaba sobre un cojín redondo. Se hallaba pálida y devorada por un deseo vehemente. Un largo lienzo cubría su cabeza y todo su cuerpo, y encima había un cobertor de lana obscura.

Pasado algún tiempo, vi también mucha tristeza e inquietud en casa de la Santa Virgen. La sirvienta estaba en extremo afligida, se arrodillaba con frecuencia en diversos lugares de la casa y oraba con los brazos extendidos y sus ojos inundados de lágrimas. 

La Santa Virgen reposaba tranquila en su camastro, parecía ya llegado el momento de su muerte. Estaba envuelta en un vestido de noche y su velo se hallaba recogido en cuadro sobre su frente, solo lo bajaba sobre su rostro cuando hablaba con los hombres. Nada le vi tomar en los últimos días, sino de tiempo en tiempo una cucharada de un jugo que la sirvienta exprimía de ciertas frutas amarillas dispuestas en racimos.

Cuando la Virgen conoció que se acercaba la hora, quiso conforme a la Voluntad de Dios, bendecir a los que se hallaban presentes y despedirse de ellos. Su dormitorio estaba descubierto y Ella se sentó en la cama, su rostro se mostraba blanco, resplandeciente y como enteramente iluminado. 

Todos los amigos asistentes se hallaban en la parte anterior de la sala. Primero entraron los Apóstoles, se aproximaron uno en pos del otro al dormitorio de María y se arrodillaron junto a su cama. 

Ella bendijo a cada uno de ellos, cruzando las manos sobre sus cabezas y tocándoles ligeramente las frentes. A todos habló e hizo cuanto Jesús le hubo ordenado. Ella habló a Juan de las disposiciones que debería de tomar para su sepultura, y le encargó que diese sus vestidos a su sirvienta y a otra mujer pobre que solía venir a servirla. Tras de los Apóstoles, se acercaron los discípulos al lecho de María y recibieron de ésta su bendición, lo mismo hicieron las mujeres. Vi que una de ellas se inclinó sobre María y que la Virgen la abrazó.

Los Apóstoles habían formado un altar en el Oratorio que estaba cerca del lecho de Santa Virgen. La sirvienta había traído una mesa cubierta de blanco y de rojo, sobre la cual brillaban lámparas y cirios encendidos.

María, pálida y silenciosa, miraba fijamente el cielo, a nadie hablaba y parecía arrobada en éxtasis. Estaba iluminada por el deseo, yo también me sentí impelida de aquel anhelo que la sacaba de sí. ¡Ah! Mi corazón quería volar a Dios juntamente con el de Ella. 

Pedro se acercó a Ella y le administró la Extremaunción, poco más o menos como se hace en el presente, enseguida le presentó el Santísimo Sacramento. La Madre de Dios se enderezó para recibirlo y después cayó sobre su almohada. 
Más información sobre descubrimiento en Efeso

Los Apóstoles oraron por algún tiempo, María se volvió a enderezar y recibió la sangre del Cáliz que le presentó Juan. En el momento en que la Virgen recibió la Sagrada Eucaristía, vi que una luz resplandeciente entraba en Ella y que la sumergía en éxtasis profundo. El rostro de María estaba fresco y risueño como en su edad florida. Sus ojos llenos de alegría miraban al Cielo.

Entonces vi un cuadro conmovedor; el techo de la alcoba de María había desaparecido y a través del cielo abierto, vi la Jerusalén Celestial. De allí bajaban dos nubes brillantes en la que se veían innumerables ángeles, entre los cuales llegaban hasta la Sma. Virgen una vía luminosa. 

La Santa Virgen extendió los brazos hacia ella con un deseo inmenso, y su cuerpo elevado en el aire, se mecía sobre la cama de manera que se divisaba espacio entre el cuerpo y el lecho. Desde María vi algo como una montaña esplendorosa elevarse hasta la Jerusalén Celestial; creo que era su Alma porque vi más claro entonces una figura brillante infinitamente pura que salía de su cuerpo y se elevaba por la Vía Luminosa que iba hasta el Cielo. 

Los dos coros de ángeles que estaban en las nubes, se reunieron más abajo de su Alma y la separaron de su cuerpo, el cual en el momento de la separación, cayó sobre la cama con los brazos cruzados sobre el pecho.

Mis abiertos ojos que seguían el Alma purísima e inmaculada de María, la vieron entrar en la Jerusalén Celestial y llegar al Trono de la Santísima Trinidad. Vi un gran número de almas entre las cuales reconocí a los Santos Joaquín y Ana, José, Isabel, Zacarías y Juan Bautista venir al encuentro de María con un júbilo respetuoso. 

Ella tomó su vuelo a través de ellos hasta el Trono de Dios y de su Hijo, quien haciendo brillar sobre todo lo demás la Luz que salía de sus llagas, la recibió con un Amor todo Divino, la presentó como un cetro y le mostró la Tierra bajo sus pies como si confiriese sobre Ella algún Poder Celestial. Así la vi entrar en la Gloria y olvidé todo lo que pasaba en torno de María sobre la Tierra.

Después de ésta visión, cuando miré otra vez a la Tierra, vi resplandeciente el cuerpo de la Sma. Virgen. Reposaba sobre el lecho, con el rostro luminoso, los ojos cerrados y los brazos cruzados sobre su pecho. Los Apóstoles, discípulos y santas mujeres, estaban arrodillados y oraban en derredor del cuerpo. 

Después vi que las santas mujeres extendieron un lienzo sobre el Santo Cuerpo y los Apóstoles con los discípulos se retiraron en la parte anterior de la casa. Las mujeres se cubrieron con sus vestidos y sus velos, se sentaron en el suelo y ya arrodilladas o sentadas, cantaban fúnebres lamentaciones. 

Los Apóstoles y los discípulos se taparon la cabeza con la banda de tela que llevaban alrededor del cuello y celebraron un oficio funerario; dos de ellos oraban siempre alternativamente a la cabeza y a los pies del Santo Cuerpo.

Luego las mujeres quitaron de la cama el Santo Cuerpo con todos sus vestidos y lo pusieron en una larga canasta llena de gruesas coberturas y de esteras, de suerte que estaba como levantado sobre la canasta. Entonces dos de ellas pusieron un gran paño extendido sobre el cuerpo y otras dos la desnudaron bajo el lienzo, dejándole solo su larga túnica de lana. 

Cortaron también los bellos bucles de los cabellos de la Santa Virgen y los conservaron como recuerdo. Enseguida el santo Cuerpo fue revestido de un nuevo ropaje abierto y después por medio de lienzos puestos debajo, fue depositado respetuosamente sobre una mesa y sobre la cual se habían colocado ya los paños mortuorios y las bandas que se debían de usar. 

Envolvieron entonces el Santo Cuerpo con los lienzos desde los tobillos hasta el pecho y lo apretaron fuertemente con las fajas. La cabeza, las manos y los pies, no fueron envueltos de esa manera; enseguida depositaron el Cuerpo Santo en el ataúd y lo colocaron sobre el pecho una Corona de flores blancas, encarnadas y celestes como emblema de su Virginidad.

Entonces los Apóstoles, los discípulos y todos los asistentes, entraron para ver otra vez antes de ser cubierto el Santo Rostro que les era tan amado. Se arrodillaron y lloraron alrededor del Santo Cuerpo, todos tocaron las manos atadas de Nuestra Madre María como para despedirse y se retiraron. 

Las mujeres le dieron también los últimos adioses, le cubrieron el rostro, pusieron la tapa en el ataúd y le clavaron fajas de tela gris en el centro y en las extremidades. 

Enseguida colocaron el ataúd en unas andas, Pedro y Juan lo condujeron en hombros fuera de la casa. Creo que se relevaban sucesivamente, porque más tarde vi que el féretro era llevado por seis Apóstoles. 

Llegados a la sepultura, pusieron el Santo Cuerpo en tierra y cuatro de ellos, lo llevaron a la caverna y lo depositaron en la excavación que debía de servirle de lecho sepulcral. Todos los asistentes entraron allí uno por uno, esparcieron aromas y flores en contorno, se arrodillaron orando y vertiendo lágrimas y luego se retiraron.

Por la noche muchos Apóstoles y santas mujeres, oraban y cantaban cánticos en el jardincito delante de la tumba. Entonces me fue mostrado un cuadro maravillosamente conmovedor: Vi que una muy ancha vía luminosa bajaba del cielo hacia el sepulcro y que allí se movía un resplandor formado de tres esferas llenas de ángeles y de almas bienaventuradas que rodeaban a Nuestro Señor y el Alma resplandeciente de María. 

La figura de Jesucristo con sus rayos que salían de sus cicatrices, ondeaban delante de la Virgen. 

En torno del Alma de María, vi en la esfera interior, pequeñas figuras de niños, en la segunda, había niños como de seis años y en la tercera exterior, adolescentes o jóvenes; no vi distintamente más que sus rostros; todo lo demás se me presentó como figuras luminosas resplandecientes.

Cuando esta visión que se me hacía cada vez más y más distinta hubo llegado a la tumba, vi una vía luminosa que se extendía desde allí hasta la Jerusalén Celestial. Entonces el Alma de la Santísima Virgen que seguía a Jesús, descendió a la tumba a través de la roca y luego uniéndose a su Cuerpo que se había transfigurado, clara y brillante se elevó María acompañado de su Divino Hijo y el coro de los Espíritus Bienaventurados hacia la Celestial Jerusalén. 

Toda esa Luz se perdió allí, ya no vi sobre la Tierra más que la bóveda silenciosa del estrellado Cielo.

Como Santo Tomás no llegó a tiempo a despedirse de la Madre y tampoco pudo asistir al Santo Entierro; él tenía en su mente y corazón, llegar a tiempo. Pero al enterarse del desenlace por medio de los demás Apóstoles, él se puso triste y lloroso y se lamentaba no haber llegado a tiempo. 

El, interiormente tenía el deseo vehemente de verla por última vez y así se los hizo saber a los demás. Ya habían pasado varios días de lo del entierro; todos querían volver al Sepulcro y acceder a la petición de Tomás. 

Tomaron una resolución y al día siguiente muy de mañana, emprendieron el camino al Sepulcro de Nuestra Santa Madre. 

Estando enfrente del Sepulcro, quitaron la piedra-sello de la entrada y ¡Oh! Maravilla de Maravillas, de la bóveda salía un suave aroma de perfume de Rosas frescas; todos al sentir ese perfume, se sintieron conmovidos y perplejos.

Se miraron unos a otros preguntándose en silencio, con la mirada y con señas en las manos: “¿Entramos?” y aún mirándose entre ellos, todos asintieron con la cabeza y traspasando la bóveda, entraron al Santo Sepulcro hacia el sitio donde depositaron el ataúd que contenía el Cuerpo Santísimo de la Virgen María.

Más grande fue la emoción y sorpresa entre ellos al ver que en el sitio solo habían Rosas frescas, fragantes y olorosas y significaban que el Señor había venido a buscar a su Santísima Madre para llevarla a su Gloria Celestial y Su Cuerpo no sufra la corrupción […] ».




Ana Catalina Emmerich (1774-1824), beatificada por S. Juan Pablo II en 2004.

Aclaración:


Esta narración de Ana Catalina Emmerich corresponde a visiones personales que ella testimonia haber tenido. En la Iglesia estas son llamadas “revelaciones privadas” que según se señala en el Catecismo de la Iglesia Católica… “no pertenecen al depósito de la fe. Su función no es la de "mejorar" o "completar" la Revelación definitiva de Cristo, sino la de ayudar a vivirla más plenamente en una cierta época de la historia.” (Catecismo N° 67)


Fuente: Autores Católicos. Revelaciones de Sor Ana Catalina Emmerich.
Mística alemana 1774-1824.
Religiosa agustina .


Fue exclaustrada a la fuerza por la invasión napoleónica.


Sus revelaciones místicas eran tan detalladas que ayudaron a descubrir la casa de la Virgen en Efeso.

lunes, 25 de julio de 2022

Santiago apóstol, santo patrón de España 2022 . La España que siempre fue.

 


 Santiago apóstol, santo patrón de España 2022 . La España que siempre fue.




Fuente: Wikicommons

Podemos felicitarnos  no solamente  el día 25  de julio sino todos los días del año ,  los españoles y quienes  se sienten unidos a la cultura de España  e identificados con su huella  en cualquier lugar del  mundo: en Asia y en nuestras Filipinas , en América, en África, en Europa ... 

Un modo de actuar durante siglos que logró integrar culturas y civilizaciones, mediante  la suma  y la incorporación y no mediante el rechazo y el exterminio . Acogiendo y no excluyendo, evitando diferenciar a las gentes a causa  de raza, religión, origen y condición. Esa fue la finalidad, voluntad magnánima de la Corona que hizo suya los principios humanistas propuestos por la Escuela de Salamanca . 

No es frecuente, no es habitual encontrar reyes en la historia  con esa voluntad para plasmar la accion buena y positiva, porque habrá que recordar que otros monarcas erigieron  iglesias  propias para evitar juicios  ecuánimes y justos.

Los  hechos quedaron plasmados en los anales de la historia. Esa historia que no es negociable  y no admite más interpretaciones que las derivadas de lo que pasó y no pasó . Sin necesidad de ortopédicas interpretaciones , porque lo definitivo histórico  no necesita de más  prótesis que  las que puedan necesitar  el rigor de los datos que es ninguna.

Por todos los continentes se dejaron legados de piedra inmunes a la erosión: audiencias de justicia, ayuntamientos, mercados y toda una infraestructura urbana y no urbana  que precisan las ciudades  para proyectarse en el tiempo.  

Las construcciones religiosas  no solamente fueron y son centros de devoción, tambien  fueron y son centros sanitarios, de cultura y educación  . Toda una civilización fue donada , compartida sinceramente por nuestros reyes  y de su éxito nos habla su persistencia actual en los cuatro puntos cardinales del mundo.

Nada hubo distinto en los antiguos territorios de la ultramar  de  España que no hubiera en la Península porque en la unidad nada  se distingue, nada se relega, nada se cosifica. 

Hay que citar en fechas no muy lejanas  la vacunación contra la viruela   decidida por  Carlos IV  para inmunizar a todo el imperio . Cosa que a principios del s.XIX  fue llevada a efecto por  la  Real Expedición Filantrópica de la Vacuna, dirigida por el médico alicantino Balmis. Su duración fue desde 1803 a 1806 y salvó la vida a millones de personas.

Puede comprobarse el agradecimiento de los pueblos que la recibieron,  en distintos puntos del mundo, con la construcción de estatuas en honor a SM Carlos IV. Tanto en México DF como en Manila pueden hoy contemplarse  estas efigies que evocan la grandeza  generosa de España. 

España,  en su tiempo largo  de historia,  empleando la  metodología de Braudel, siempre ha sido así. 

La Corona transmite este conjunto de valores  que esculpe todo lo bueno que ha supuesto España para los siglos y para el mundo .Una  institución secular  que promueve la libertad y protección, para un hoy y para un mañana. Una institución que hace más de 1.000 años adoptó a Santiago como  protector y patron de todas sus empresas.

En estos tiempos en que se anuncian convulsiones, lo que los siglos han demostrado ser útil y bueno, es un referente a tener muy en cuenta porque en las tempestades, tener un puerto  cercano para encontrar abrigo, puede marcar una diferencia muy relevante, casi vital.

Santiago siempre estará aquí ,  y como patrón, sin duda , podrá extender su manto para ofrecernos auxilio ...


Juan Lorenzo de Membiela,

sábado, 16 de julio de 2022

Escritos





SUCESOS CONTEMPORÁNEOS Thinking & History


viernes, 24 de junio de 2022

¡Ayuda a poner una pica en la Castellana! (monumento a los Tercios de Infantería Española - donaciones-crownfunding)

¡Ayuda a poner una pica en la Castellana! (monumento a los Tercios de Infantería Española -  donaciones-crowdfunding)

Solo quedan 24 días para finalizar la campaña de crowdfunding o suscripción pública 

Desde la Fundación Arte e Historia Augusto Ferrer-Dalmau, la Asociación 31 Enero Tercios, la Asociación Amigos del Camino Español de los Tercios y la Fundación Tercio de Extranjeros promovemos la creación de un monumento a los tercios en el Paseo de la Castellana de la capital de España.



Después de muchos años de esperanza, lanzamos, con todo nuestro empuje, esta campaña de suscripción popular, para hacer partícipe a la sociedad de este ilusionante proyecto, que supondrá un hito histórico.



Pretendemos inmortalizar la figura de los soldados de los tercios que, encuadrados en aquellas legendarias unidades militares de la Monarquía Hispánica, engrandecieron nuestra historia. Personajes que, en muchas ocasiones, de forma anónima, por la fuerza de sus principios, cambiaron el devenir de los hechos.



Por su sacrificio, valor y gloria, no ajenos a continuos padecimientos, convocamos a todos los que así lo sientan, a participar en este proyecto que les inmortalizará con un monumento en la ciudad de Madrid, completando el patrimonio histórico-cultural que embellece sus calles, plazas y jardines.


El autor será Salvador Amaya, ilustre y afamado escultor, que utilizará como base algunos personajes de los cuadros de Augusto Ferrer-Dalmau, nuestro gran pintor de batallas, y que será auxiliado por expertos para conseguir la mayor fidelidad histórica.





La escultura, tendrá unas dimensiones que sobrepasarán los 2,60 metros de altura. Será realizada en bronce fundido a la cera perdida y se erigirá sobre un pedestal de granito que la elevará 3,5 metros sobre el suelo.



En este proyecto se puede participar desde varias opciones, con diferentes importes, recibiendo, a cambio, testimoniales reconocimientos a su esfuerzo.


Fuente: Lanzanos

Más información

APORTACIONES ENLACE