La
mayoría de ocasiones los infundios se realizan de manera premeditada y con
la intención de dañar la imagen de alguien.
A esta práctica se la conoce comúnmente como ‘Calumnia, que algo queda’.
Como expresión llegó hasta nosotros a través del filósofo y
escritor inglés Francis Bacon en
su obra, de 1625, ‘De la dignidad
y el crecimiento de la ciencia’ (De Dignitate et Argumentis
Scientiarum) en la que aparece en la manera: ‘Calumniad
con audacia; siempre quedará algo’.
Aunque en realidad, la expresión recogida por Bacon no era más
que un antiquísimo dicho popular en latín: ‘Calumniare
fortiter aliquid adhaerebit’ (La calumnia se adhieren fuertemente algo)
que él había adaptado en su mencionado libro.
Posteriormente, en la obra de teatro ‘El barbero de Sevilla’ (también
titulada ‘La precaución inútil’) que Pierre-Augustin
de Beaumarchais escribió en 1775 aparecía en la forma ‘Calomniez, calomniez, il en reste toujours
quelque chose’ (Calumnia, calumnia, siempre queda
alguna cosa) y posteriormente, en 1810, la frase alcanzó el cenit de
popularización tras ser incluida por el célebre compositor italiano Gioachino Rossini en su
ópera ‘El barbero de Sevilla’ (basada en un libreto de Cesare Sterbini que a sus
vez se basó en la obra de Beaumarchais) en la que la aria de la calumnia
dice así:
La calunnia è un venticello,
un’auretta assai gentile
che insensibile, sottile,
leggermente, dolcemente
incomincia a sussurrar.
un’auretta assai gentile
che insensibile, sottile,
leggermente, dolcemente
incomincia a sussurrar.
Ante ataques de esta catadura que lesionan la reputación y la imagen de una persona o empresa ( frecuentemente como estrategia comercial) siempre estan los arts 205 Código Penal, que deben emplearse porque a nadie se le pùede negar su defensa:
Es calumnia la imputación de un delito hecha con conocimiento de su falsedad o temerario desprecio hacia la verdad.
Y art. 206:
Las calumnias serán castigadas con las penas de prisión de seis meses a dos años o multa de doce a 24 meses, si se propagaran con publicidad y, en otro caso, con multa de seis a 12 meses.
No es un comportamiento propiamente deportivo o de deportistas, yo creo más bien que se debe a disimular fracasos comerciales por propia incompetencia.