44º aniversario de la Constitución
La Constitución es norma fundamental de convivencia que promueve el bien de los españoles y de España. Y lo hace a traves de tres ejes: mediante el reconocimiento de unos derechos y deberes a las personas; mediante la ordenación de las instituciones que vertebran la acción del Estado y mediante su proyección ante la comunidad internacional de un marco jurídico y social robusto que transmite confiabilidad porque es previsible y persistente.
No es la Constitución Española una norma anticuada. 44 años es una edad en la que se comienza a comprender la complejidad de los procesos vitales. Tampoco es una constitución laureada por la senectud en donde la prudencia marca sus rumbos. Gozamos, si, de una Constitución madura, alejada de la ociosidad de las pasiones, como escribió en alguna ocasión Seneca, pero con todo el vigor de aquellos sueños que se imprimieron en su articulado.
A lo lejos contemplamos la Constitución norteamericana de 1787 e incluso la constitución no codificada inglesa de 1688, entre algunas otras. Es llamativo el dato de que las constituciones más longevas han logrado situar a sus naciones entre las más prósperas del mundo.
Pero la Constitución no es solo una enumeración de finalidades sociales, políticas y económicas. Necesita también de una protección suficiente y bastante para que despliegue su eficacia y no quede en lo fallido y frustrado. Esto es una responsabilidad que a todos nos afecta porque el bienestar que procura también a todos nos beneficia, hoy y para el futuro.
Gozamos de una magnifica Constitución que construye sobre la monarquía parlamentaria un proyecto de comunidad bueno, pacífico y generoso. Estos 44 años han dejado una senda que nos han conducido a cotas de prosperidad desconocidas.
Hay camino por hacer y rumbos más prósperos que explorar, por eso mi patria está en esta Carta Magna que nos evita zozobrar ante la incertidumbre furtiva.
Juan Lorenzo d Membiela,
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