Cultura de verdad en Reinhard Mohn ( 1 min.)
por Juan B. Lorenzo de Membiela
Una
cultura de verdad, quizás una quimera o tal vez una esperanza ante un caos que
concurre. Para Reinhard Mohn, las
estructuras jerárquicas están sobreexplotadas en relación con su capacidad de gestión.
Propugna un humanismo basado en la delegación de poder, pero también la aprobación y compromiso del elemento personal
respecto a los objetivos asignados.
La delegación descendente garantiza la tasa
necesaria de creatividad y capacidad de innovación[1].
Ante el
caos, Mohn, propugna la capacidad de rendimiento para garantizar el éxito y la
estabilidad. Ello significa que la burocracia, tanto en la organización pública
como privada, en tanto que desbordada por las exigencias de gestión no colma
las demandas que hoy se exigen.
Para
fundamentar su teoría expone 12 razones:
I.
El humanitarismo no tiene nada que ocultar; por el contrario, las intenciones a
expensas de otras personas se mantienen ocultas. Por ello si los autoritarismos
son rechazados por las personas, la política democracia y humana (observemos
que no sólo refiere a la democracia sino que la adjetiva: humana) se impone con
más facilidad entre la opinión pública.
II.
La transparencia fomenta la fiabilidad y la confianza.
III.
Sólo una comunidad libre puede atreverse a delegar la responsabilidad en
niveles inferiores.
La economía planificada sobre estructuras jerárquicas
reprime las opiniones divergentes y sus decisiones son claramente peores.
IV.
El rendimiento de los creativos determina el progreso de la sociedad .Para
fomentar la creatividad se necesita
libertad y motivación de las personas.
V.
El ser humano necesita consenso respecto a los valores y objetivos como base de
su socialización.
VI.
La responsabilidad propia y la propiedad son elementos de guía fructíferos en
una sociedad libre.
VII.
La capacidad de gestión es el factor decisivo del éxito.
VIII.
La nueva « cultura organizativa» pondera
los objetivos de todos los implicados.
Pero también la conmixtión de éstos con la fijación de tareas.
Las
estructuras jerárquicas son incapaces de generar la interrelación objetivo
personal del empleado-objetivo propio de la organización.
IX.
El sistema de la « cultura organizativa
» desarrollado en la economía, cabe trasladarlo con éxito al Estado y a la
política. Este sistema garantiza la capacidad de gestión en grandes
organizaciones.
X.
Organización de los recursos de la sociedad de forma mensurable y evaluable.
XI.
Para garantizar la competitividad debe aportarse más creatividad y flexibilidad.
XII.
La definición de los derechos humanos y un gran número de acuerdos
internacionales, caracterizan el esfuerzo para lograr un orden internacional
válido para todas las culturas.
[1] Mohn,
R., El triunfo del factor humano.
Estrategias para el progreso y la evolución de la gestión, Galaxia
Guttemberg, Barcelona, 2000, p. 243.