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martes, 30 de julio de 2024

Recensión de la Revista de Historia Naval a la obra: «Estudios sobre Trafalgar: Tempestad, Marinos e Imperio (Spanish Edition), Sevilla, 2019».

Recensión de la Revista de Historia Naval a la obra de Lorenzo de Membiela, Juan: «Estudios sobre Trafalgar: Tempestad, Marinos e Imperio, Sevilla, 2019».

Revista de Historia Naval, núm. 148, pp. 149-154.ISSN 012-467-X 1

Interesante y detallada obra que analiza y estudia desde todos los puntos de vista el combate de Trafalgar, ocurrido el 21 de octubre de 1805 entre una escuadra británica mandada por Nelson y otra escuadra combinada francoespañola mandada por el francés Villeneuve, llevando como mando de la fuerza española a Federico Gravina. 

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El autor comienza con una justificación del estudio del combate, con un ligero análisis de la economía, la construcción náutica de la época y los esbozos de un marino de Trafalgar, en el que dentro de la amplitud del tema, en muchas ocasiones lo particulariza al estudio del navío San Agustín, su combatividad, su comandante el brigadier Felipe Jado de Cagigal, el temporal que siguió al combate, y sus efectos sobre todo en los navíos españoles Monarca, San Francisco de Asís, Rayo y Neptuno.   

A continuación, Lorenzo de Membiela entra de lleno en el estudio del combate, realizado en tres partes y un conjunto de anexos. 

La primera parte habla de «Trafalgar y su tempestad», en la que estudia el contexto del combate, sus preliminares, las tácticas desarrolladas por la flota británica y la flota combinada franco-española, y los movimientos de los barcos previos al enfrentamiento. 

Continúa con el desarrollo del combate, la capitulación, y unas amplias referencias al navío San Agustín, a su comandante Cagigal y a su dotación. 

Continúa con la tempestad que siguió al combate, los navíos naufragados, los efectos de la tempestad en otros barcos españoles, y el salvamento del Neptuno y su gente. 

La segunda parte habla de «Comercio y náutica: navíos de Trafalgar», con referencias a las Marinas de países como Holanda, Francia e Inglaterra, el comercio español hasta el siglo XVIII, la náutica española de los Austrias hasta el siglo XVIII y la de los Borbones hasta el siglo XIX, con citas de diferentes ordenanzas y sistemas de construcción naval (Gaztañeta, Jorge Juan, Gautier, Landa, Retamosa, etc.) .

En la tercera parte, titulada «Testimonios de un marino de Trafalgar», el autor hace referencia sobre todo a su antepasado y combatiente en Trafalgar, Santos de Membiela Rico (Madrid, 1763-Vivero, 1852). Habla de la Batalla de Brión de agosto de 1800, en la que los ingleses fueron derrotados tras desembarcar en Doniños para intentar apoderarse de Ferrol. Y continúa con la capitulación de Ferrol en 1809, en la Guerra de la Independencia contra los franceses. 

Cierran el libro varios anexos sobre correspondencia, uniformes, anclas, planchas de los navíos, escalas de vientos y mares, y otros asuntos. 

Es una obra muy completa, que de forma a veces muy resumida, proporciona una gran información sobre el fatídico combate de Trafalgar, su entorno, sus barcos, sus gentes, su desarrollo y sus consecuencias.





domingo, 28 de julio de 2024

Santiago apóstol, patrón de España, desde hace más de 1000 años.

 

 Santiago apóstol, patrón de España,  desde hace más de 1000 años.

 Juan B. Lorenzo de Membiela 



Fuente: Wikicommons

La festividad de Santiago es un día grande para los españoles y para quienes se sientan unidos a la cultura de España en cualquier lugar del mundo: en Asia y en nuestras Filipinas y Marianas, en América, en África, en Europa … 

Un modo de proceder, durante siglos, que integró culturas, y evitó diferenciar a las gentes por razón de raza, origen y condición. Esa fue nuestra idiosincrasia alentada por la voluntad firme de la Corona que hizo suya los principios humanistas de la Escuela de Salamanca. 

Los hechos quedaron plasmados en los anales de la historia. Esa que no es negociable. Que no admite más interpretaciones que las derivadas de lo que pasó y no pasó, del rigor de los datos, pero no de lo que pudo haber sucedido o de versiones prefabricadas por las máquinas del fango que confunden hechos con emociones personas e íntimas.

Por todos los continentes se dejaron legados de piedra inmunes a la erosión: catedrales, universidades, hospitales, casas de socorro, audiencias, ayuntamientos, mercados y toda una infraestructura urbana y no urbana que precisan las ciudades para proyectarse al futuro.  

Las construcciones religiosas no solamente fueron y son centros de devoción, sino también centros sanitarios, de cultura y educación. Toda una civilización fue entregada con sinceridad, y de su éxito nos habla su permanencia en todos los puntos cardinales del mundo.

Nada hubo distinto en los virreinatos o en las antiguas provincias de ultramar de España que no hubiera en la Península, porque en la unidad nada se distingue, nada se relega, nada se cosifica. 

Hay que citar en fechas no muy lejanas la vacunación contra la viruela   decidida por Carlos IV para inmunizar a todo el imperio. Cosa que a principios del s. XIX fue hecha por la Real Expedición Filantrópica de la Vacuna, dirigida por el médico alicantino Balmis.  Desde 1803 a 1806, por mar y por tierra, esta gesta   salvó la vida a millones de personas.

Puede comprobarse el agradecimiento de los pueblos que la recibieron, con la construcción de estatuas en honor a Carlos IV. Tanto en México DF como en Manila pueden hoy contemplarse estas efigies como tributo a un monarca que amó a sus gentes.

España, en su tiempo largo de historia, empleando la metodología de Braudel, siempre ha sido así. 

La Corona transmite este conjunto de valores que esculpe todo lo bueno que ha supuesto España para los siglos y para el mundo. Una institución secular que promueve la libertad y la protección, para un hoy y para un mañana. Una institución que hace más de 1 000 años adoptó a Santiago como protector y patrón de una nación que tiene una personalidad característica.

En estos tiempos de posverdad, en donde nada parece lo que es y lo que no es, en donde los significados de las palabras se oscurecen a capricho, solo las cosas que florecen en el tiempo ayudan a distinguir lo útil, bueno y propio, de lo falso y extraño.

España siempre ha sido un referente de los valores del Occidente que han producido prosperidad, justicia y paz. Olvidarlos para adoptar otros que prescinden de los referentes, de la personalidad de una civilización, solo pueden producir un hombre distinto, más contingente, más frágil y mucho más solitario.  











martes, 16 de julio de 2024

A propósito de la Virgen del Carmen (micro ensayo)

 A propósito de la Virgen del Carmen  (micro ensayo)

por  Juan B. Lorenzo de Membiela


Por Real Orden de 19 de abril de 1901 se designa como patrona de la Marina de Guerra española a N.S. del Carmen. La disposición normativa fue rubricada por la reina regente Da. María Cristina de Habsburgo y el ministro de Marina, D. Cristóbal Colón de la Cerda, duque de Veragua.

Fuente: Wikicommons.
Emblema del Carmelo.


Sin embargo, la devoción a N.S. del Carmen es muy anterior en el tiempo. La Real Orden así lo cita cuando indica que era una devoción practicada entre todos los navegantes, militares o civiles, pescadores y gentes de la mar de toda ocupación. Vemos que la costumbre arraigada y viva eclosiona, en ocasiones, en el dictado de la ley.

El Carmelo es una montaña elevada de Israel, situada en Haifa. Su cima es lo primero que se divisa desde las embarcaciones que arriban por el mar Mediterráneo con peregrinos y viajeros. Es conocida desde tiempo inmemorial por dos sucesos relevantes: es el lugar en donde el profeta Elías encontró refugio para protegerse de los enemigos de Jehová. Tambien desde el Monte Carmelo, el siervo de Elías, Eliseo, vio acercarse una nubecilla desde el mar que hizo desaparecer la sequía que asolaba el lugar, suceso relatado en la Biblia en Reyes 18,19-46.

Carmelo o Carmen proviene de la palabra hebrea Karmel o  Ain Karem que significa jardín de Dios. Los místicos y exegetas a principios del cristianismo identificaron la pequeña nube procedente del mar como una representación de la Virgen María, encontrando en el monte Carmelo el recogimiento necesario para orar a semejanza, como lo hizo el profeta Elías.

En el s. XII los religiosos del Carmelo construyen una ermita en homenaje a la Virgen en su advocación de Estrella de los Mares , Stella Maris , en latín, dando paso a la orden del Carmelo que se extendió por toda Europa.

En la transfiguración de la Virgen al prior del monasterio de Aylesford, Cambridge , S. Simon Stock  el 16 de julio de  1251 le ofrece el escapulario que será signo distintivo de la orden religiosa. Fue este santo quien llamó a N.S. del Carmen, estrella de los mares en sus muchas plegarias.

En Capítulo General de la orden en Inglaterra en 1254 se ordenó fundar en España oratorios y conventos que en un primer momento lo fue en ciudades de la corona de Aragón. El primer convento fue levantado en Perpiñán entre 1265 y 1269, por entonces perteneciente a la corona de Aragón, es decir, a España. Siguió  la arquitectura de edificaciones levantadas en Palma de Mallorca y Valencia. Fue promovida su devoción por Jaime I y su nieto Jaime II.

En Castilla, la primera fundación lo fue en Valladolid en el convento de S Pablo de la Moraleja en 1315. Llegó a Sevilla en 1358 creándose la provincia bética carmelita en 1499. En 1562 se crea el primer convento de las carmelitas descalzas por Teresa de Jesús y Juan de la Cruz . En 1587 se ubican en Jerez.  Entre otras construcciones cabe destacar la existente en Lietor (Albacete) del año 1700.

Desde que   España se adentró en los océanos, más allá de los confines conocidos, en latitudes suscritas en los mapas con la expresión hic sunt dracones, siempre los frailes del Carmelo, como capellanes, asistieron a los marinos.

Grandes generales y héroes de la Real Armada profesaron un gran devoción a N.S. del Carmen. Entre ellos debe citarse Antonio Barceló y a Juan Jose Navarro de Viana.

Durante siglos la protección de N.S. del Carmen a los marinos y marineros ha sido constante e intenso, hechos pueden mostrarse muchísimos, pero solo citar que este auxilio ha motivado una devoción y culto muy férreo en los corazones de todas las gentes de mar. Ha resistido a la degradación de los tiempos y al escepticismo que barre las sociedades despojando al hombre de su dignidad.

Prácticamente en casi todas las embarcaciones, grandes o pequeñas, se encuentra un pequeño rincón en donde se halla una imagen de la Virgen del Carmen. Ante lo terrible de una tempestad, ese espacio es el único punto en el barco en donde encontrar alguna seguridad y esperanza que derrote al espanto que provoca la desesperación ante lo inminente .

Como escribí en 2020 : "Su auxilio en mares tempestuosos, como en la adversidad de la vida, nunca es olvidado. ¿Cómo olvidar a alguien que es capaz de arrojar su manto hasta lo más profundo a donde el hombre es capaz de sumergirse? (...) ".