Humanismo e
inteligencia artificial ( microensayo)
⌚ 4 min.
por
Juan B. Lorenzo
de Membiela
Renacimiento y humanismo, declaran al hombre como singularidad universal. Del
tenebrismo medieval surge este movimiento cismático con los cánones de la
época. Del memento mori (recuerda que has de morir) se evoluciona al memento
vivere (recuerda que has de vivir).
En la Edad Media, razona Jacob Burckhardt, el hombre se define por su
pertenencia a una etnia, a un pueblo o a una familia, pero es en el
Renacimiento cuando se reconoce su individualidad, su independencia como ser.
Esta idea eclosiona en distintas disciplinas a las que aporta lo más
sublime que siempre es su creatividad, sus contribuciones a un mundo oscuro y
necesitado de ser descubierto.
El humanista es un hombre vitalista, para sí y para los demás. Rechaza los
instintos adoptando un senequismo ante la vida y sus arcanos. Cultivado en los
textos grecorromanos, guarda la estética, la individualidad, la dignidad, la entereza
del ánimo y promueve la cortesía como singularidad propia.
La proporción y armonía son plasmadas en las artes utilizando el número áureo,
el equilibrio matemático de la proporción representando lo admirable del ser humano.
Son tiempos de ritmos y formas puras. Se recuperan las obras de la
antigüedad tanto de la arquitectura con su magnificencia como de los textos
clásicos, especialmente los de Cicerón, muy musicales.
Reparemos en estos dos aspectos: formas puras y armonías musicales. Son una
invitación a seguir la cadencia ideal del orden natural de las cosas que proyecta
una elegancia, siempre aristocrática, sencilla y amable. Un ejemplo: Copérnico, científico humanista, que en su
obra Las revoluciones de
las esferas celestes,
rompe las inercias de Ptolomeo. Propone una explicación más elegante del devenir
de los astros, porque la elegancia es, a menudo, un indicio fiable de la
utilidad y eficacia de un modelo.
Pero el humanismo no se agota en un periodo concreto de la historia. Peter
Burke lo considera una dinámica expansiva de amplio contexto. Hoy subsiste porque
se trata de una lucha constante contra todo lo que oprima al hombre en su dimensión
anímica y física porque es un pensamiento que nace del orgullo de ser lo mejor.
Concurren en la actualidad enfoques de pensamiento que fracturan la propia concepción
de persona que ha sido cincelada por el transcurrir de los siglos.
Lo nocivo de todo ello es que sustraen el concepto mismo de dignidad y su formulación
filosófica plasmada en el aforismo kantiano: el hombre es un fin en sí mismo
recogido en la Fundamentación de la metafísica de las costumbres, matizando
su preeminencia en el mundo.
El posthumanismo es un paradigma tecnocientífico sobre la idea de hombre
que trata de superar el humanismo renacentista cohabitando con la tecnología. Persigue
superar los límites de la naturaleza y llevarlos
más allá de la realidad biológica.
Se prescinde de lo contingente físico: enfermedad,
alimentación, reproducción y muerte; de lo contingente anímico: emociones, voluntad
y conciencia y de lo contingente social suprimiendo cualquier rasgo biológico
siendo sustituido por la inteligencia artificial y la biotecnología.
Los derechos y libertades entrarían en crisis porque tanto la
tecnobiología y la neurociencia demuestran que las decisiones humanas son producidas
por causas genéticas y ambientales (Luño, 2021)
La autonomía de la persona es sustituida por la autonomía de los sistemas y las decisiones políticas serán adoptadas por gabinetes tecnocráticos cuyas decisiones se extraen de redes neuronales, minería de datos, Big Data e Internet de la Cosas (IoT).
Este hecho impediría imputar responsabilidad
alguna a la corporación y evadir el debate democrático.
Propugna la desaparición de la delincuencia mediante programación
de conducta humana con lo que desaparecería el libre arbitrio y la
responsabilidad individual . El hombre se convertiría en un autómata ejecutando un
programa insertado.
De esta pequeña exposición de postulados posthumanistas cabe
decir que es, como poco, inquietante.
Si en el Renacimiento surgió un humanismo vibrante que
mostraba lo grandioso del hombre a través de sus creaciones, el posthumanismo
trata de amparar a un hombre imperfecto en la suntuosidad de la tecnología.
Una postura ecléctica sería lo más apropiado. Tecnología
dirigida a implementar los derechos humanos en toda su amplitud e intensidad en
una sociedad cada vez más escéptica respecto a valores que han hecho del hombre
un ser libre y creativo.
La periodista Sarah O`Connor en su artículo publicado el 13 de abril en el FT, escribe cómo la inteligencia artificial enseña a empleados a ser más humanos en la industria de centros de llamadas.
La empresa Cogito brinda empatía a
escala empresarial. Emplea inteligencia artificial para entrenar a operarios para alcanzar una mayor sintonía con sus interlocutores. El programa analiza
las palabras y el tono del cliente y avisa al operador para que comprenda su
estado de ánimo y adecuar el tono de voz y el mensaje más consecuente para usar.
Es un ejemplo de cómo la tecnología puede promover humanidad entre
los mismos humanos, cómo la tecnología promueve el humanismo.