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lunes, 13 de octubre de 2025

María Corina Machado, Nobel de la Paz 2025


María  Corina Machado, Nobel de la Paz 2025

por

Juan Lorenzo de Membiela

La venezolana María Corina Machado ha sido galardonada con el Premio Nobel de la Paz 2025, según el comité noruego, por «su incansable labor en la promoción de los derechos democráticos del pueblo venezolano y por su lucha por lograr una transición justa y pacífica de la dictadura a la democracia»[1]  .

Fuente:  Wikicommons
Ha sido una elección justa, y merecida, para quienes no compartimos   los totalitarismos bolivarianos de corte marxista, que denigran la dignidad de las personas, reduciéndolas a lo insignificante.

Tanto Corina Machado como Edmundo González fueron distinguidos con el Premio Sájarov 2024 a la Libertad de Conciencia, concedido por el Parlamento Europeo en reconocimiento a la defensa de los derechos humanos y las libertades.

Todos supimos de la opacidad de los resultados de las elecciones presidenciales venezolanas de julio de 2024, y las fundadas sospechas de manipulación electoral, denunciadas tanto por la Organización de Estados Americanos (OEA) y por el gobierno de EE. UU.[2],  a través del portavoz del Departamento de Estado, Vedant Patel, que dijo tener «[…] serias preocupaciones de que este resultado no refleje la voluntad y los votos […]» de la ciudadanía.

La reacción de la ciudadanía venezolana ante estos hechos ocasionó 25 muertos y 2.220 detenidos.

En un país en donde las condiciones políticas son tan hostiles para la integridad humana, la oposición política se abstuvo de concurrir a las elecciones parlamentarias y regionales, celebradas el 25 de mayo de 2025. Tampoco se presentaron el 27 de julio de 2025 a las elecciones a alcaldes y ayuntamientos.

El 10 de septiembre de 2025, la ONU publica el Informe de la misión internacional independiente para la averiguación de los hechos en la República bolivariana de Venezuela[3] , en donde se constatan graves violaciones de derechos humanos cometidos en el país después de las elecciones de 27 de julio de 2025 y hasta el 31 de agosto de 2025.

La metodología empleada en el estudio se ha formado con los datos suministrados por 237 entrevistas, presenciales o remotas, a víctimas, familiares, testigos e informantes. 

Se analizaron 364 evidencias y fueron leídas informaciones suministradas por organismos nacionales e internacionales de la sociedad civil, organismos intergubernamentales y gobiernos. Se accedió a fuentes abiertas y datos oficiales de naturaleza judicial, videos, audios y fotografías.

El gobierno de la Venezuela bolivariana no cooperó en la investigación, persistiendo en el incumplimiento de las resoluciones del Consejo de la ONU.

Se ha acusado al país de practicar detenciones arbitrarias como medio para suprimir voces discrepantes con las autoridades; detenciones incomunicadas, en 26 ocasiones, incluyendo a ciudadanos extranjeros, entre 120 a 150 personas; detenciones extorsivas de familiares solicitando rescate para su liberación; muertes de encarcelados bajo la custodia del Estado, en 5 ocasiones; desapariciones forzosas, en 12 casos entre nacionales venezolanos y  84 casos en el supuesto de ciudadanos extranjeros; torturas y tratos degradantes, empleando descargas eléctricas o bolsas de plástico para ocasionar asfixia.

El panorama que describe este informe no recoge precisamente   usos democráticos, pacíficos y transparentes de los habituales y conocidos en nuestra cultura occidental.

A ello hay que sumar la delación y el chivateo vecinal que refuerza el control social, medidas impulsadas y amparadas por el gobierno venezolano[4]. Es decir, no se trata de que la ciudadanía pueda exigir al gobierno una actuación correcta, lógica y verdadera, sino de que el gobierno obliga a la ciudadanía a aceptar sus decisiones políticas sean incorrectas, ilógicas y falsas. Hay un pequeño matiz distintivo que creo que es apreciable. Se trata de represión social y era una medida empleada por el régimen comunista de la URSS y sus países satélites.

No es extraño reconocer ante los sucesos dramáticos recogidos en el informe de la ONU, que la concesión del Premio Nobel a Corina Machado suponga una reivindicación de libertad para un país instalado en un despotismo descarnado, insensible a las necesidades ciudadanas; incapaz de ofrecer a sus ciudadanos la esperanza de   un futuro, al menos, amigable.

 Otros líderes han sido distinguidos con este nobel de la paz por su lucha por los derechos humanos, por la libertad y por la justicia, en países   privados de ellos, como Andréi Sájarov, en 1975; Dimitri Murátov, en 2021 y Alés Bialiatski, en 2022.

Lech Wałęsa fue galardonado en 1990 y, curiosamente, declarado persona non grata por Hugo Chávez, cuando se propuso visitar a los presos políticos en Venezuela, en 2009.

El mundo ha dado intelectuales defensores de la dignidad del ciudadano, frente a los totalitarismos. Hannah Arendt habló del «derecho a tener derechos»[5]; del derecho político de actuar en la pluralidad ideológica y emitir juicios y opiniones, en libertad e igualdad.

Es esa la lucha de Corina Machado que se ha reconocido internacionalmente con la concesión de este merecido Nobel.

 

 

 

 

 

 



[1] Premio Nobel de la Paz 2025, The Nobel prize, Website:  https://www.nobelprize.org/prizes/peace/2025/summary/, [Consulta: octubre de 2025].

[2] La Voz de America, de 29 de julio de 2024, Website: https://www.vozdeamerica.com/a/eeuu-acusa-venezuela-manipulacion-electoral-represion/7717346.html [Consulta: octubre de 2025]

[3] Naciones Unidas, Derechos humanos, 22 de septiembre de 2025, Website: https://news.un.org/es/story/2025/09/1540475 [Consulta: octubre de 2025].

[4] Observatorio Venezolano de Conflictividad Social, 15 de febrero de 2024, Website: https://www.observatoriodeconflictos.org.ve/actualidad/delacion-y-chivateo-potencian-la-represion-y-control-social-en-venezuela [Consulta: octubre 2025].

[5] Arendt, H., «Los orígenes del totalitarismo», Alianza Editorial, Madrid, 2011, p. 420.