María Corina Machado, Nobel de
la Paz 2025
por
Juan Lorenzo de Membiela
La venezolana María Corina Machado ha sido galardonada con el Premio Nobel de la Paz 2025, según el comité noruego, por «su incansable labor en la promoción de los derechos democráticos del pueblo venezolano y por su lucha por lograr una transición justa y pacífica de la dictadura a la democracia»[1] .
Fuente: Wikicommons |
Tanto Corina Machado como Edmundo
González fueron distinguidos con el Premio Sájarov 2024 a la Libertad de Conciencia,
concedido por el Parlamento Europeo en reconocimiento a la defensa de los
derechos humanos y las libertades.
Todos supimos de la opacidad de
los resultados de las elecciones presidenciales venezolanas de julio de 2024, y
las fundadas sospechas de manipulación electoral, denunciadas tanto por la
Organización de Estados Americanos (OEA) y por el gobierno de EE. UU.[2], a través del portavoz del Departamento de
Estado, Vedant Patel, que dijo tener «[…] serias preocupaciones de que este
resultado no refleje la voluntad y los votos […]» de la ciudadanía.
La reacción de la ciudadanía
venezolana ante estos hechos ocasionó 25 muertos y 2.220 detenidos.
En un país en donde las
condiciones políticas son tan hostiles para la integridad humana, la oposición política
se abstuvo de concurrir a las elecciones parlamentarias y regionales, celebradas
el 25 de mayo de 2025. Tampoco se presentaron el 27 de julio de 2025 a las
elecciones a alcaldes y ayuntamientos.
El 10 de septiembre de 2025, la
ONU publica el Informe de la misión internacional independiente para la averiguación
de los hechos en la República bolivariana de Venezuela[3] , en
donde se constatan graves violaciones de derechos humanos cometidos en el país después
de las elecciones de 27 de julio de 2025 y hasta el 31 de agosto
de 2025.
La metodología empleada en el
estudio se ha formado con los datos suministrados por 237 entrevistas, presenciales
o remotas, a víctimas, familiares, testigos e informantes.
Se analizaron 364 evidencias y
fueron leídas informaciones suministradas por organismos nacionales e
internacionales de la sociedad civil, organismos intergubernamentales y
gobiernos. Se accedió a fuentes abiertas y datos oficiales de naturaleza
judicial, videos, audios y fotografías.
El gobierno de la Venezuela
bolivariana no cooperó en la investigación, persistiendo en el incumplimiento de
las resoluciones del Consejo de la ONU.
Se ha acusado al país de practicar
detenciones arbitrarias como medio para suprimir voces discrepantes con las
autoridades; detenciones incomunicadas, en 26 ocasiones, incluyendo a
ciudadanos extranjeros, entre 120 a 150 personas; detenciones extorsivas de
familiares solicitando rescate para su liberación; muertes de encarcelados bajo
la custodia del Estado, en 5 ocasiones; desapariciones forzosas, en 12 casos entre
nacionales venezolanos y 84 casos en el
supuesto de ciudadanos extranjeros; torturas y tratos degradantes, empleando
descargas eléctricas o bolsas de plástico para ocasionar asfixia.
El panorama que describe este
informe no recoge precisamente usos democráticos,
pacíficos y transparentes de los habituales y conocidos en nuestra cultura
occidental.
A ello hay que sumar la delación
y el chivateo vecinal que refuerza el control social, medidas impulsadas y
amparadas por el gobierno venezolano[4].
Es decir, no se trata de que la ciudadanía pueda exigir al gobierno una actuación
correcta, lógica y verdadera, sino de que el gobierno obliga a la ciudadanía a
aceptar sus decisiones políticas sean incorrectas, ilógicas y falsas. Hay un
pequeño matiz distintivo que creo que es apreciable. Se trata de represión
social y era una medida empleada por el régimen comunista de la URSS y sus países
satélites.
No es extraño reconocer ante los sucesos
dramáticos recogidos en el informe de la ONU, que la concesión del Premio Nobel
a Corina Machado suponga una reivindicación de libertad para un país instalado
en un despotismo descarnado, insensible a las necesidades ciudadanas; incapaz
de ofrecer a sus ciudadanos la esperanza de
un futuro, al menos, amigable.
Otros líderes han sido distinguidos con este nobel
de la paz por su lucha por los derechos humanos, por la libertad y por la
justicia, en países privados de ellos, como
Andréi Sájarov, en 1975; Dimitri Murátov, en 2021 y Alés Bialiatski, en 2022.
Lech Wałęsa fue galardonado en
1990 y, curiosamente, declarado persona non grata por Hugo Chávez, cuando
se propuso visitar a los presos políticos en Venezuela, en 2009.
El mundo ha dado intelectuales
defensores de la dignidad del ciudadano, frente a los totalitarismos. Hannah
Arendt habló del «derecho a tener derechos»[5];
del derecho político de actuar en la pluralidad ideológica y emitir juicios y
opiniones, en libertad e igualdad.
Es esa la lucha de Corina Machado
que se ha reconocido internacionalmente con la concesión de este merecido Nobel.
[1] Premio Nobel de la Paz 2025, The Nobel prize, Website: https://www.nobelprize.org/prizes/peace/2025/summary/, [Consulta: octubre de 2025].
[2] La Voz de America, de 29 de julio de 2024, Website: https://www.vozdeamerica.com/a/eeuu-acusa-venezuela-manipulacion-electoral-represion/7717346.html [Consulta: octubre de 2025]
[3] Naciones Unidas, Derechos humanos, 22 de septiembre de 2025, Website: https://news.un.org/es/story/2025/09/1540475 [Consulta: octubre de 2025].
[4] Observatorio Venezolano de Conflictividad
Social, 15 de febrero de 2024, Website:
https://www.observatoriodeconflictos.org.ve/actualidad/delacion-y-chivateo-potencian-la-represion-y-control-social-en-venezuela
[Consulta: octubre 2025].
[5] Arendt,
H., «Los orígenes del totalitarismo», Alianza Editorial, Madrid, 2011, p. 420.