La cifra no por alta era esperada.
Aunque los datos , datos son, y solo evidencian un mayor empleo de medios diagnósticos, lo determinante de toda pandemia es su magnitud. Y la que soportamos ha mostrado su fortaleza frente a las poco audaces estrategias desplegadas.
Esta llamada «segunda ola » se manifiesta por una mayor difusión y una menor letalidad. Eso dicen algunos expertos. Lo cierto es que no hay evidencias de que el virus haya mutado y sí que los contagiados han sido más jóvenes.
El Financial Times, en su edición de 21 de octubre de 2020, publica un artículo de los periodistas Clive Cookson y John Burn-Murdoch que recopilan distintas hipótesis de científicos para explicar este fenómeno o quizas, debo añadir, falsa percepción.
La diferente intensidad de la enfermedad puede originarse , recogiendo una historica teoría genetista, a que tanto en la época de los Tudor (s. XVI) como en la época victoriana (s. XIX) dos coronavirus causaron una gran mortandad en Gran Bretaña permaneciendo sus descendientes virales en la actualidad y generando una cierta inmunidad entre la población.
Tambien en España, sin embargo, la epidemia se comporta bajo esas características aunque desconozco si en el s. XVI, a parte de la peste, hubo algún coronavirus cabalgando por nuestra península, ciudades en África y plazas insulares
Todo es cuestión de investigar algo más.
JLMembiela