La potencia del arte en la innovación.
Por
Juan B Lorenzo de Membiela
Los cambios imponen retos. El
reto de lo futuro, de lo insondable. No es el «
fatum » o destino de
las culturas griega y romana. El «
fatum » es la certidumbre llevada a la consciencia de que todo cuanto
sucede está vinculado por una cadena causal. Por ello
sobreviene imperativamente (Schopenhauer,2008:108).
Pero esta tesis
está superada por los hallazgos de la
física y de la biología que fundamentan el comportamiento de
inestabilidad limitada o caos (Stacey,1994).
Nada está
predeterminado y nada tiene una forma antes de que exista.
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Por ese
vacío nos remitimos al ejemplo. Ejemplo
es lo que ocurrió en el pasado. De su análisis surgen los ciclos. Pero estos ciclos solamente objetivan realidades no lineales. No ofrecen respuestas
a las crisis en concreto. Entonces ¿en dónde cabe encontrar indicios de lo que
deparará el futuro?
Para Ortega, las nuevas formas
se manifiestan en el arte («La
deshumanización del arte y otros ensayos de estética», 1925). Y
en la ciencia pura, por ser actividades más libres, no sometidas
a los condicionantes de cada tiempo, ajena a la censura que amputa el alma. Primeros
destellos en donde se advierten
cualquier cambio de sensibilidad colectiva que esconde nuevos diseños.
La inspiración artística, que es fuente de
idea originaria y nueva, tiene algo de clarividente. Alcanza
lo más etéreo, lo más abstracto, a donde
no puede llegar cualquier persona. Contemplar la
sutilidad de un destello en la oscuridad del arcano puede ser indicio hoy de la sociedad del mañana.
Porque el poeta
empieza en donde el hombre acaba. El destino de éste es vivir su itinerario humano; la
misión de aquél es inventar lo que no existe.
El poeta aumenta
el mundo, añadiendo a lo
real, que ya está ahí por sí mismo, un irreal continente. El artista se despoja
de lo convencional, quizás de lo prosaico, para percibir lo extraordinario.
Autor, procede
de « auctor », el que aumenta. Los
romanos llamaban así al general que
ganaba para el imperio un nuevo territorio.
¿La estética como
percepción de futuro?
El concepto «
arte » ha sido también estudiado por Drucker contrastándolo
con lo teórico.
El arte es algo
intrínseco a la administración aún su distinta naturaleza con lo teórico (La
esencia de la administración moderna, 2001:115) . Sus notas esenciales: 1. El arte es privado y subjetivo, la
teoría es una serie de reglas y
prescripciones impersonales. 2.El arte es
ambiguo, la teoría es precisión. 3.El arte es
instintivo, la teoría es lógica. 4.El arte produce
innovaciones, la teoría
técnicos. 5.El arte es un
don que no puede enseñarse, la teoría son
conocimientos transmisibles. 6 El arte
comprende experiencias, la teoría suscribe conceptos.
Montañés Duato equipara
artistas y directivos. Su conexión es la creación.
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Ambos las sufren y ambos
se alegran de sus resultados (Inteligencia política,2011:238). Pero además, en la creación de la
idea cabe que el directivo adopte una
asepsia cuantitativa y profesional tal que difumine su realidad. Es frecuente que repare más en la
dimensión financiera que en la calidad
de la propia idea.
¿La idea creativa
como percepción de futuro?
Se habla de «
tensión creativa » ( King, 1986:52-9). Surge cuando una visión que no existe todavía se trata de descubrir indagando en las fuerzas que « bullen por debajo de la
realidad». Entonces se iluminan las
brechas entre la realidad y la visión (
Senge,2006:439-40), entre lo actual y lo futuro.
Los líderes que
poseen esta « tensión creativa » se han curtido en una vida entera de esfuerzos: para
desarrollar aptitudes conceptuales y de comunicación. Para reflexionar sobre
valores personales y alinear su conducta
personal con dichos valores para
aprender a escuchar y palpar lo que está más allá de una simple
comunicación. Sin ese esfuerzo, razona,
Peter Senge, su carisma desaparece. La
seguridad que transmite ante lo desconocido se desvanece.
El futuro ya no es lo que era cuando aquél nos dirigía, es más lóbrego,
más desolador.
El potencial
creativo de la organización es la única opción viable para
remontar la crisis, siempre lo ha sido y bajo todas la circunstancias. Es
algo intrínseco a toda organización. Y sin embargo, de todo
el capital humano solamente unos pocos tienen las herramientas necesarias para
materializar sus talentos para un futuro.
La creatividad supone
disipar grados y escalafones. En los
creativos, la reputación personal es la
aptitud creativa: no son necesarias credenciales, ni relaciones, ni años
de experiencia ( Hamel,2008:214).
La potencia
artística únicamente. Y
basta con ello. O debería bastar. Otra cosa distinta es querer asumir los retos
de lo creativo.