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martes, 20 de junio de 2017

Mosquitos, cambio global y salud pública (divulgación)

Mosquitos, cambio global y salud pública (divulgación)

La alteración del hábitat y la urbanización afectan de distinto modo a las especies de mosquitos transmisores de enfermedades. Conocerlo con detalle resulta fundamental para la salud humana y animal

Los mosquitos, con unas 3500 especies en todo el mundo, son los principales organismos vectores, o transmisores, de enfermedades. 
En su interior se produce una parte fundamental del ciclo biológico de patógenos de distintos grupos taxonómicos. Entre ellos figuran virus, como el del Zika y el del dengue; nematodos (un tipo de gusano), como las filarias; o protozoos, como el parásito de la malaria.

Según la Organización Mundial de la Salud, durante el 2015 se registraron unos 212 millones de casos de malaria, enfermedad que produjo más de 400.000 muertes. Para mitigar las enfermedades transmitidas por mosquitos resulta esencial entender cómo influyen el ambiente y las actividades humanas en la distribución y abundancia de estos insectos.
La idea de que el conocimiento profundo de la ecología de los mosquitos contribuye a mejorar la salud pública la recoge el concepto «Una salud» (One health), término introducido a comienzos de la década del 2000. El enfoque se basa en la estrecha relación que existe entre la salud de los humanos, los animales y los ecosistemas y aboga por la colaboración entre especialistas de estas áreas para responder a los riesgos sanitarios que se originan en la interacción de estos tres elementos. Si bien los cambios en el paisaje ejercen un importante efecto sobre las poblaciones de mosquitos, no todas las especies tienen la misma capacidad de transmitir patógenos. Si se integran los conocimientos disponibles sobre la influencia del ambiente en las poblaciones de mosquitos y el papel de las distintas especies de mosquitos en la transmisión de diversos patógenos, podemos mejorar nuestra capacidad para entender la epidemiología y el riesgo de propagación de enfermedades que afectan a los humanos y otros animales.
Teniendo en cuenta esa idea, nuestro grupo de investigación se propuso explorar los factores que influían en la composición y abundancia de los mosquitos en el suroeste de la península ibérica, en una zona representativa donde abundan los hábitats propicios para la proliferación de estos insectos. En concreto, analizamos cómo se veían afectados los mosquitos por cambios en el uso del suelo y el grado de ocupación humana. 
Los hallazgos apuntan a que las zonas más urbanizadas son las más pobres, tanto en número de especies como de individuos, aunque algunas especies que tienen el potencial de transmitir enfermedades importantes se ven poco alteradas por la urbanización.
Un caso paradigmático: el mosquito tigre
Aedes albopictus, el mosquito tigre, es una especie nativa del sudeste asiático, pero en los últimos decenios ha expandido con rapidez su área de distribución y hoy se halla ya en todos los continentes. Ha logrado propagarse a través del comercio de plantas ornamentales y neumáticos usados, pues sus larvas sobreviven en el agua retenida en las macetas o en el alcantarillado.

Actualmente, el mosquito tigre presenta poblaciones estables en la mayoría de los países de la cuenca mediterránea, muy especialmente en Italia[…]
Fuente: Investigación y Ciencia