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sábado, 30 de enero de 2021

Virus, mutaciones y poca tecnología ( y I)

 

Virus, mutaciones y poca tecnología ( y I)

⌚ 3,5 min.

Juan L.de Membiela

«El país del mundo con más pruebas genómicas del SARS-COV2 es Islandia. Ha secuenciado la totalidad de todos sus casos positivos de Covid 19. Es una medida que ha sido fomentada por la OMS para controlar las variantes emergentes ».

Los test masivos que solamente  se hacen en algunos municipios perdidos y la secuenciación genómica del virus, realizados en pocos hospitales y centros de investigación, se han convertido en las nuevas herramientas para luchar contra el  virus. 

Estrategias ofensivas para abordar este problema, distinta a la pasividad de gestionar contemplando la fugacidad de los tiempos.

Fuente: Pixabay. Licencia CC0



En escenarios pandémicos, así lo narra la historia de la medicina, las rutinas pueden ser más peligrosas que los propios patógenos porque impiden acoplarse a circunstancias más ominosas evitando adoptar más cautelas.

El país del mundo con más pruebas genómicas del SARS-COV2 es Islandia. Ha secuenciado la totalidad de todos sus casos positivos de la  Covid 19. 



Es una medida que ha sido fomentada por la OMS para controlar las variantes emergentes. Solo implica 3 horas y ha permitido identificar 463 variantes que los científicos llaman haplopitos, explica el jefe del laboratorio, Olafur Thor Magnusson, según recoge el diario France24[1].

Consecuencia de esta política, 41 personas que portaban la variante británica fueron retenidas en el aeropuerto. Incluso han podido identificar el lugar preciso de los brotes.

Otros países que han seguido esta iniciativa han sido:  Australia, Nueva Zelanda, Dinamarca y Sudáfrica. También Gran Bretaña a través del Consorcio COVID-19 Genomics UK (Cog-Uk) que cumple 10 meses este mes de enero habiendo secuenciado 200.000 genomas.

Gracias a esta iniciativa se han podido detectar nuevas variantes que han sobrecogido a muchos países por sus características. 

Cada versión del virus presenta rasgos que necesitan ser abordados específicamente, variantes que seguirán incrementándose y en mayor cantidad cuanto mayor sea el número de infectados.

Visualizar a los asintomáticos mediante test y controlar las distintas mutaciones es un nuevo paradigma necesario para atajar a un patógeno perverso.

Recordemos que en junio de 2020 se originó en España una variante extendida por varios países que recibió el nombre de 20A.EU1[2]

Estudios rechazaron mutación alguna que incrementara su propagación.  Pero en otoño de 2020 se detectaron otros tres linajes que han generado preocupación en la comunidad científica.

El primero se localizó en el sureste de Londres, en Kent, a mediados de octubre, desplazando a otras variantes. Fue denominada VOC 202012/01 por el Servicio Público de Salud; B.1.1.7 por el Consorcio de Genómica Británico (Cog-uk) porque es diferente al europeo preexistente y 501Y.V1 por la plataforma Nextstrain.

Las investigaciones arrojaron cambios en 23 letras del código genético viral, de las cuales 17 podrían alterar el comportamiento del virus. Ha incrementado su infestación del 40% al 70% en estimación matemática. 

Se cree responsable del 28% de contagios en Londres a principios de noviembre y del 63% desde el 29 de noviembre. El incremento del riesgo de contagio creció un 50% según el Instituto Wellcome Sanger.

A mediados de diciembre causó alarma entre los científicos porque se observó un incremento de la carga vírica a semejanza de la cepa de Sudáfrica. Se ha propagado por varios continentes y se encuentra en constante expansión declaran los CDC de Norteamérica.

La declaración del premier británico el 22 enero 2021 que anuncia un incremento de la letalidad de la variante británica ha desconcertado al mundo. La noticia fue suministrada por el Grupo Asesor de Amenazas de Virus Respiratorios Nuevos y Emergentes (Nervtag) que asesora al gobierno[3].

La cepa B.1.1.7 puede ser hasta un 30% más letal. 

Esta cifra es una estimación extraída de distintos trabajos de investigación universitarios y oficiales[4], precisados de mayores estudios para ser concluyentes. Según el profesor del Imperial College, Neil Ferguson, el riesgo de muerte es de 1,3% mayor, es decir, 10 de cada 1000.

Para el profesor Peter Openshaw, del Imperial College, lo que produce que el virus B.1.1.7 sea más contagioso es que las personas infectadas producen más virus en el tracto respiratorio superior[5].

Los datos más precisos de la transmisión vienen del rastreo de casos en Inglaterra, estos arrojan que el 14.7% de las personas  en contacto con infectados por la cepa británica se contagiaron frente al 11% de quienes mantuvieron contactos con infectados con  la cepa común[6].

Centros de investigación como los CDC norteamericanos proponen adoptar medidas de prevención adicionales para impedir que se convierta en prevalente.

La  mitigación y  la vacunación son opciones obligadas, aunque científicos defienden que la vacunación solamente no frenará la pandemia.  

El exceso de contagios favorece nuevas mutaciones que pueden esquivar las defensas producidas.

Hace unas horas acaba de publicarse la adquisición por Inglaterra de 60 mll. de unidades de la nueva vacuna de la empresa norteamericana Noravax que ha demostrado una eficacia del 85.6% contra la cepa B.1.1.7 [7]. La fase III comenzó en diciembre de 2020[8].

Se encuentra muy extendida por el mundo. En Dinamarca, la cepa está incrementándose un 70% por semana[9]. Y en Portugal se ha convertido en prevalente anuncia el 30 de enero el investigador  del Instituto Nacional de Saùde, Ricardo Jorge.


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