A mi querido amigo D. Pedro González Felipe, in memoriam.
Un caballero, un corazón generoso. Profundo en sus
pensamientos .
Combativo hasta el último instante.
Un alma ansiosa de saber , un alma dispuesta a ayudar.
Abogado reconocido y reconocible,
Como versó Rubén Darío:
«[…] Era bueno, era puro. Era lo que hay que ser
Cuando se trae en el hombro la piedra del deber […].