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miércoles, 20 de enero de 2016

SQUASH Los riesgos de los jugadores no entrenados ( noticia)


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SQUASH Los riesgos de los jugadores no entrenados

El squash es un deporte cuya popularidad aumentó espectacularmente en nuestro  país a comienzos de los noventa. Se trata de una actividad que se puede  practicar en los gimnasios, en la que se puede liberar estrés y eliminar muchas  calorías en sólo 45 minutos de juego, y ahí radica precisamente su mayor  riesgo. Existen demasiados practicantes que se enfrentan al squash sin una  debida preparación física y que lo practican de forma esporádica. Lesiones de  espalda, problemas musculares e, incluso, complicaciones cardiovasculares  acechan a sus practicantes con escasa preparación física y que no realizan un  calentamiento adecuado antes de un partido.

LESIONES.- Especialistas en medicina deportiva de la Universidad de Hong Kong  acaban de publicar un trabajo que investiga la incidencia de problemas de  espalda entre jugadores de squash que compiten en torneos de forma habitual. Un  total de 495 deportistas fueron incluidos en el estudio. El 52% de estos  jugadores reconoció haber sufrido problemas de espalda. De ellos, la tercera  parte indicó que el squash fue la causa inicial de la lesión y otro 20% apuntó  a la práctica de este deporte como factor exacerbante de un problema ya  existente.

El doctor Shanks, director del estudio, achaca este alto índice de problemas de  espalda a la brusquedad de los esfuerzos que los jugadores se ven obligados a  realizar para alcanzar las bolas más difíciles. Los continuos cambios de  sentido en los movimientos, los giros y la rapidez del juego convierten al  squash en un ejercicio para deportistas cualificados, ya que plantea grandes  exigencias de orden cardiovascular y metabólico.

Un trabajo publicado por la escuela de Medicina Deportiva de la Universidad de  Oviedo analizó durante cuatro años los datos de un grupo de individuos 
normotensos con edades comprendidas entre 25 y 40 años que practicaban el  squash como diversión y durante 90 minutos a la semana, al menos seis meses al  año. Los voluntarios fueron sometidos a dos pruebas de esfuerzo en las que se  controló su tensión arterial. Una vez concluidas, las ergometrías mostraron un  aumento progresivo de la tensión sistólica en todos ellos, mientras la  diastólica permanecía constante.

Las características propias del squash son las que producen este comportamiento  anómalo de la tensión arterial, ya que los partidos pueden durar entre 30 y 90  minutos y se desarrollan en un reducido espacio en el que los dos oponentes  siempre se encuentran próximos, las reacciones son rápidas y los cambios de  posición, muy bruscos. Todo ello desemboca en elevaciones súbitas del gasto  cardiaco, de la ventilación y del aporte sanguíneo a los músculos. Por ello,  los individuos que practiquen el squash esporádicamente deberían someterse a  controles de la tensión arterial que evalúen su salud cardiovascular.