Inteligencia competitiva : el caos como orden disfrazado de anarquía( 3 min.)
Juan B. Lorenzo de Membiela
Fuente: Pixabay. Licencia CC0 |
Lo que para nosotros, hoy, es crítico y antes, próspero, son únicamente aristas de una misma
geometría. Reflejos de una evolución de la cultura, la economía y la política,
que están en errática evolución
(Inglehart, 2001: 17)[1].
La ley del «movimiento
continuo» de Newton para quien el universo es constante, exacto y
previsible, fundamentó todo nuestro saber.
Pero es imposible que pueda razonar
la evolución de fenómenos atmosféricos; las oscilaciones de los ritmos cardiacos
o las alteraciones eléctricas en el cerebro.
No ofrece explicaciones para
conocer el comportamiento de los mercados financieros o los desafíos de la
gerencia ante las interacciones internas y externas en las organizaciones.
Edgard Lorenz en los años 60 descubrió la teoría del caos en investigaciones
meteorológicas.
Hoy, Herman Haken, estudia los efectos que minúsculas irregularidades causan en un sistema avocándolo
posteriormente a la incertidumbre. Es el llamado «caos determinista». Los
efectos no son lineales: una causa no tiene por qué producir un efecto o puede
producirlo desproporcionado.
La teoría del caos no es una teoría del desorden
sino un orden disfrazado de anarquía.
Esta tesis fue
trasladada a la gerencia por James Gleik, en su obra «Chaos: Making of a new
science»[2] y por Margaret Wheatleys, en
su estudio «Leadership and the New Science: Discovering Order in a Chaotic
World»[3]. Apostaron por asumir el empleo de la teoría de la relatividad, la
mecánica cuántica y la teoría del caos en la gestión pública y privada. Es
un desafío íntimo del empresario y del gerente para colocarse sobre nuevas
atalayas, sobre distintas perspectivas, para hallar una salida diferente en un
único escenario de recesión.
En tiempos de penumbras, crisis que ahogan nuestros presentes
y expectativas, el caos es una invitación a la creación imaginativa.
También la fantasía es caos en cuanto no
producida por elementos racionales que se encuentran sometidos a criterios
conservacionistas. Precisamente la genialidad consiste en ver lo que otros no
han visto porque su espíritu está más libre de convencionalismos.
Esta
afirmación choca frontalmente con los esquemas
burocráticos que ante la adversidad endurecen sus rasgos identificativos como
la jerarquía, el reglamento, su carácter hermético rechazando la
interacción social.
En el caos lo difícil y lo que aquilata a un directivo como
tal es adoptar una decisión acertada que es
imposible pronosticar y sólo intuir. La inspiración irracional y abstracta
como probable solución. Preferible a caer en una inactividad conservacionista
quedando a merced de circunstancias predadoras.
La estructura de la
empresa debe convertirse en flexible
abandonando los clásicos patrones de jerarquía y mando, promover la
superposición de funciones, delegar poder y describir con amplitud las
funciones de los puestos de trabajo (Stacey, 1994)[4].
Lo que se pretende es crear un caos controlado dentro de la organización para
afrontar desafíos no previstos. Se aprovecha la tensión que se genere entre
contradicción y tensión creativa, para encontrar indicios que fundamenten
(racional o intuitivamente) una decisión correcta.
La incertidumbre
ambiental es una contingencia importante para la estructura organizacional
y los comportamientos internos y externos – competencia-. Para ello se
implantan con más frecuencia en las organizaciones los departamentos de Inteligencia Competitiva (IC).
Para
Richard L Daft se procura información sobre las tendencias y gustos de los consumidores,
rastrean el medio ambiente, buscan materias primas, nuevas tecnologías,
examinan en «los cubos de basura» indicios de estrategias[5].
Es la necesidad de supervivencia,
es la lucha contra el vacío.
No hay determinismo, el presente es nuestro, un ahora fugaz, tan breve…
No hay determinismo, el presente es nuestro, un ahora fugaz, tan breve…
[1] Inglehart, R. , (2001):
«Modernización y posmodernidad: el cambio cultural, económico y político en 43
sociedades», Centro de Estudios Sociológicos, Madrid: CES.
[3] Wheatley, M. J. , (2006): «Leadership and the
New Science: Discovering Order in a Chaotic World», San Francisco(California):
Berrett-Koehler Publishers, Inc.
[4] Stacey, R. , (1994): «Chaos, Management and
Economics: The Implications of Nonlinear Thinking», Institute of Economic
Affairs, London: Hobart Papers 125.