La delirante abjuración del
Ayuntamiento de Barcelona ( pensamiento)
No fue del agrado de los independentistas
el discurso de SM Felipe VI el 3 de octubre de 2017 que transmitió
confianza y tranquilidad a un país absorto ante una
estrategia independentista rupturista e infractora de la
legalidad constitucional.
Este discurso fue
una disrupción creativa ante la política del pensamiento
único excluyente de los independentistas. Fue algo no calculado, no
previsto. Fue algo inédito que colocó a la Corona como la
única institución
del Estado que supo afrontar el desafío en
defensa de los ciudadanos españoles.
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El día 26 de octubre se ha reprobado
al rey en el Ayuntamiento de Barcelona. Clara respuesta de aquello porque
de lo que se trata es de destruir todo lo que impida el separatismo y restablezca la convivencia social .
Esta declaración barcelonesa emula
las declaraciones antiguas de las Provincias Unidas de los
Países Bajos del s. XVI, como la Plakkaat van
Verlatinghe en 1580, por la que se abjuraba de su rey Felipe II.
Pero hay una diferencia esencial, aquella
declaración neerlandesa se fundamentaba en el supuesto incumplimiento por
el rey de los derechos y libertades recogidos en la Carta de
Kortenberg de 1312 y en la Blijde Inkomst de 1356.
Poco importaba que se
hubieran infringido o no como hoy en día poco importa las razones que
se alegaran.
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No se trata de precisar hechos sino más bien de generar
expectativas para la independencia de un territorio, sea para
convertirlo en país franco, sea para convertirlo en referente del tráfico comercial
asiático en Europa. Teorías hay muchas y ninguna que no sea
económicamente significativa en perjuicio de todos.
No hay razones históricas sino razones egoístas, Es debilidad ceder a los males, más es locura alimentarlos (Montaigne, 2008:369).
Juan B Lorenzo de Membiela,
