Palabras dulces y agitadores perversos ( psicosociología)
Encontramos en los viejos libros razonamientos de una actualidad pasmosa. Es terrible alcanzar la conclusión de que el hombre siempre es lo mismo en cualquier tiempo. Nos demuestra la incapacidad de poder construir sociedades más avanzadas,mejores, más sabias y justas. Todo, por la codicia y la vanidad de imponer intereses propios ajenos al alivio de las necesidades de las gentes.
Hay en Montaigne una reflexión del s. XVI que describe la estrategia de cambiar el nombre a fines indeseables para que sean o mejor aceptados por la sociedad o causen menos alarma, sobresalto e inquietud.
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Y nos ocurre lo que Tucídides escribe de las guerras civiles de su tiempo; que en beneficio de los vicios públicos se las bautiza con palabras nuevas, más dulces, para excusarlas, bastardeando y adulterando sus verdaderos nombres . Todo lo cual se ejecuta para reformar nuestra conciencia y nuestras creencias (Montaigne,159).
Los que agitan un Estado son normalmente los primeros en caer con su destrucción. El fruto de los disturbios no resulta ser para el que los ha promovido: agitan y remueven el agua para otros pescadores...
JLMembiela
